La armas, los barcos e Ir¨¢n / Irak
La noticia de que el Gobierno ha prohibido la entrada en puertos espa?oles de 32 barcos, conocidos por enviar armas a pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo sujetos a embargo de material b¨¦lico, resulta algo m¨¢s que sorprendente.En primer lugar, ratifica algo denunciado desde hace a?os por la opini¨®n p¨²blia, por algunos medios de comunicaci¨®n (entre ellos EL PA?S) y por varios parlamentarios, a saber, que empresas p¨²blicas y privadas espa?olas env¨ªan sistem¨¢ticamente, desde los inicios de la presente d¨¦cada, material b¨¦lico a Ir¨¢n e Irak. Hasta ahora, la respuesta gubernamental ha sido la de negar repetidamente estos env¨ªos, excus¨¢ndose en ,que las autorizaciones se atorgaban a pa¨ªses que no estaban embargados. Si de ah¨ª se envian a Ir¨¢n o Irak no es problema del Gobierno, sino de los pa¨ªses que aceptan el papel de intermediarios en estas ventas triangulares.
Vicen? Armengol es investigador sobre temas de paz y defensa
DirPhilip Kaufman. Int¨¦rpretes: Daniel Day-Lewis, Juliette Binoche, Lena Olin. Gui¨®n: Jean-Claude Carri¨¦re y P. Kaufinan, basado en la novela hom¨®nima de Milan Kundera. Fotograf¨ªa: Sven Nykvist. M¨²sica: Leos Janacek. Estadounidense, 1987. Estreno en Madrid. Cines Amaya, T¨ªvoli, La Vaguada e Infantas (V. 0. inglesa).
Todo el mundo sabe, sin embargo, que los cargamentos destinados a Jordania van a parar, en realidad, a Irak, y que los env¨ªos dirigidos a Siria, Libia, Tailandia, Singapur, Grecia, Portugal, Filipinas, Indonesia, etc¨¦tera, suelen ir a parar al fi-ente iran¨ª. Hay m¨²lliples documentos que atestiguan estos env¨ªos, que se han realizado bajo la completa permisividad gubernamental. Se conoce tambi¨¦n el nombre de muchas de las empresas implicadas en este tr¨¢fico, destacando especialmente las del grupo ERT (la propia ERT, Explosivos de Burgos, Explosivos Alaveses o Esperanza) y la Empresa Nacional Santa B¨¢rbara, del INI. En un estudio de pr¨®xima publicaci¨®n se muestra una lista de 64 barcos implicados en no menos de 69 env¨ªos desde Espa?a a Ir¨¢n o Irak a lo largo del per¨ªodo 1982-1987. La mayor parte de estos env¨ªos han sido ya denunciados por los medios de comunicaci¨®n, tanto nacionales como internacionales. Sorprende, en este sentido, que la decisi¨®n gubernamental afecte s¨®lo a 32 barcos, cuando hay al menos otros tantos que se han dedicado a esta misma actividad. ?Cu¨¢l puede ser la raz¨®n de este criterio selectivo? Una primera pista, y muy significativa, es que de los 32 barcos s¨®lo uno ha enviado material a Irak (el Jotun, en febrero de 1987). Los 31 restantes han escargado su material en Ir¨¢n. De estos datos se deduce una conclusi¨®n muy simple: lo que se pretende es, en todo caso, obstaculizar el env¨ªo de armas a Ir¨¢n, pero no a Irak. Los motivos los sabr¨¢ el Gobierno, que es quien ha tomado la decisi¨®n, pero habr¨¢ que recordar que el embargo se refiere tanto a un pa¨ªs como a otro.
Unos s¨ª y otros no
Pero hay un segundo interrogante: ?por qu¨¦ estos barcos y no los otros? Conocemos otros 19 barcos que han enviado armas a Irak en estos a?os y otros 21 que lo han hecho a Ir¨¢n y, sin embargo, no se incluyen en la lista. Deducci¨®n simple de este criterio: la medida pretende vender a la opini¨®n p¨²blica la imagen de que desde las esferas gubernamentales se quiere echar mano a este asunto. Pero la pretensi¨®n es burda si s¨®lo se quiere prohibir la entrada a la mitad de los barcos conocidos. Queda la otra mitad y, adem¨¢s, pueden contratarse nuevos barcos dispuestos a hacer los env¨ªos. Incluso, como ya se inform¨® en este peri¨®dico, los mismos barcos prohibidos pueden cambiar de nombre. En definitiva, si lo que se pretende es impedir las exportaciones de armas a Ir¨¢n e Irak, el peor sistema es el que se ha elegido, aparte de que se ha hecho con un criterio insuficiente.
Una tercera reflexi¨®n: si se quiere evitar el env¨ªo de armamento a Ir¨¢n e Irak, es decir, si se quiere hacer cumplir la ley, lo importante es controlar a las empresas productoras de armamento, especialmente a las que se han especializado en el env¨ªo de material a esta zona de Oriento Pr¨®ximo. Y hay m¨²ltiples formas de hacerlo. El Gobierno, los servicios secretos, la CIA, los sat¨¦lites y otras instancias lo saben de sobra. Y si por ventura no lo supieran, un servidor, por el m¨®dico precio de 100.000 pesetas, esto es, por la millon¨¦sima parte del valor de las armas enviadas por Espa?a a Ir¨¢n-Irak desde 1980, estar¨ªa dispuesto a explicarlo. Es, desde luego, un porcentaje mucho menor, al menos cien mil veces menos, que la comisi¨®n que reciben los traficantes de armas por cada operaci¨®n.
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