Trio de damas
Fue, literalmente, una gozada. Iba a a?adir que para nost¨¢lgicos, pero resulta que la gente joven tambi¨¦n qued¨® enganchada al g¨¦nero como los m¨¢s ac¨¦rrimos y fervientes incondicionales, que los hab¨ªa a cientos.Tres aut¨¦nticas damas de la canci¨®n espa?ola oficiaron el ritual con entrega y convicci¨®n, rigurosamente fieles a unas convenciones acreditadas hasta lo t¨®pico, pero tremendamente eficaces como todos los t¨®picos.
La parafernalia escenogr¨¢fica tambi¨¦n fue obvia, imperando los abanicos y las flores, muchas flores, gracias a una bater¨ªa de j¨®venes situados en primera fila que durante todo el espect¨¢culo se dedicaron a ech¨¢rselas a las folcl¨®ricas y tambi¨¦n a distribuirlas al p¨²blico. As¨ª que todo funcion¨® como era debido que funcionara. Y las coplas y tonadillas, con tan ilustres art¨ªfices, funcionaron de maravilla.
?Viva la tonadilla!
Gracia Montes, Juanita Reina y Marif¨¦ de Triana. Fiestas del Dos de Mayo. Comunidad de Madrid. Palacio de los Deportes, 27 de abril.
Gracia Montes o la elegancia. Ella abri¨® el fuego, con esa hermosa voz tan rica en matices, capaz de tonos profundos no frecuentes en el g¨¦nero. Gracia hace a veces unos quiebros que toman su canto en una suerte de m¨²sica oscura y de extra?os registros, muy bella.
Gracia inici¨® la serie de mutuos piropos y requiebros que se cruzaron entre las artistas y el p¨²blico. "Qu¨¦ en Madrid, me siento como en mi casa, de verdad". Y el p¨²blico de Madrid aplaudiendo complacido. Fue el tono festivo y emotivo que imper¨® en toda la velada, cre¨¢ndose entre unas y otro como una complicidad, un c¨®digo de entendimiento de gran efectividad para la rec¨ªproca complacencia.
Follet¨®n
Marif¨¦ de Triana cerr¨® la noche Intent¨® a veces el rasgo humor¨ªstico y no acertaba como cuando se iba sin contemplaciones al follet¨®n. Porque en este g¨¦nero de la tonadilla, tanto como la m¨²sica y la historia de la canci¨®n, importa c¨®mo se dice, c¨®mo se representa. Por la v¨ªa del tremendismo Marif¨¦ nos puso el coraz¨®n en un pu?o m¨¢s de una vez ?Hay qu¨¦ ver las cosas que cuenta, y c¨®mo las cuenta, en los tres o cuatro minutos de una canci¨®n!. A su lado, las historias de Falcon Crest, por ejemplo, son novela rosa.
Entre Gracia y Marif¨¦, Juanita Reina. El fiel de la balanza, el eje cartesiano, la l¨ªnea maestra que puede fijar pautas y c¨¢nones en el arte de la tonadilla. Si Do?a Concha Piquer -se ley¨® un telegrama suyo excusando la asistencia por que los a?os no pasan en vano- es un punto de referencia obligado en la generaci¨®n anterior a la que re presentan las tres cantantes de esta noche, Do?a Juana Reina debe serlo por derecho propio respecto a esta generaci¨®n.
Su forma de estar en escena, ese moverse dominando, ese tron¨ªo, la convierten en modelo y paradigma, aut¨¦ntica reina de un g¨¦nero que nadie como ella ha sabido entender y transmitir. Y la voz, fresca, juvenil, en plenitud expresiva para regalarnos canciones, entre las que se hallan algunas verdaderas joyas. El p¨²blico, en pie, la aclam¨®.
Babelia
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