Los peronistas endurecen su campa?a electoral con insultos contra Alfons¨ªn

Antonio Cafiero, gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato a la presidencia de Argentina, y Jos¨¦ Luis Manzano, jefe del bloque parlamentario justicialista en el Congreso de Diputados -los dos, dirigentes del peronismo renovado-, emplearon en recientes discursos expresiones injuriosas y soeces contra el Gobierno radical y el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn.

Las injurias de los dos dirigentes peronistas han provocado una fuerte pol¨¦mica en Argentina y el temor de que la campa?a para las elecciones presidenciales de 1989 degenere en un intercambio de insultos que deteriore las bases de la convivencia pol¨ªtica.En un discurso de apertura de su campa?a interna para ganar la designaci¨®n como candidato presidencial del peronismo, Cafiero atac¨® duramente a los radicales, que "en la oposici¨®n son unos fen¨®menos y en el Gobierno una cagada". Cuando todav¨ªa no se hab¨ªan apagado los ecos del escatol¨®gico calificativo de Cafiero contra los radicales, uno de los peronistas renovadores de mayor prestigio, el jefe del grupo parlamentario, Jos¨¦ Luis Manza no, ment¨® la madre a Alfons¨ªn Dijo Manzano, en un discurso ante peronistas, que "si el presidente contin¨²a favoreciendo la usura, la banca y el Fondo Monetario, entonces se habr¨¢ trans formado en un gran hijo de puta para nosotros".

En Argentina se recurre con frecuencia a un lenguaje el¨ªptico para evitar las palabras malso nantes. Varios peri¨®dicos escri bieron s¨®lo "h... de p..." para citar el insulto de Manzano, y "c..." para la referencia de Cafiero. Emisoras de televisi¨®n habla ron eufem¨ªsticamente del "ep¨ªteto". En este ambiente las expresiones de los peronistas causaron conmoci¨®n y provocaron edito riales y comentarios. En el diario izquierdista P¨¢gina 12, ?lvaro Ab¨®s, intelectual ex peronista escribi¨® que "una cosa es el vigor en la disidencia cr¨ªtica con el Gobierno y otra cosa son los rama lazos de histeria verbal".

El presidente Alfons¨ªn y los radicales han recibido las injurias con tolerancia y cierta satisfacci¨®n apenas disimulada, porque consideran que este lenguaje se convertir¨¢ en un bumer¨¢n contra los peronistas. Con tono de estadista, Alfons¨ªn apel¨® a que "en per¨ªodos de campa?a todos actuemos con responsabilidad, bajemos los decibelios de la discusi¨®n y nos respetemos rec¨ªprocamente". Alfons¨ªn no personaliz¨®, pero dijo que "el pueblo argentino es un pueblo maduro y no se le puede hablar suponiendo que tiene una edad mental de 10 a?os", y asegur¨®: "El pueblo argentino va a castigar a los intolerantes. Eso, seguro".

Disculpas

Manzano ya se disculp¨¦ por su injuria contra Alfons¨ªn y manifest¨® que sus expresiones fueron "cuando menos una estupidez, un error que reconozco". Cafiero se ratific¨® en lo dicho e insisti¨® en que piensa que el Gobierno radical es "una cagada", aunque admiti¨® que "no lo dir¨ªa con esas palabras en una mesa de funcionarios". El gobernador de la provincia de Buenos Aires recomend¨® a sus cr¨ªticos "consultar un diccionario de lunfardo" (jerga de la ciudad de Buenos Aires) para juzgar su expresi¨®n.El lenguaje desgarrado de los, dirigentes del peronismo renovado parece responder a la necesidad de conectar con las bases ante la acometida del otro precandidato peronista a la presidencia, el gobernador de La Rioja, Carlos Menem, que aparece con mayor arrastre popular. Menem ha conseguido atraerse, en ladisputa interna del peronismo, a los sectores m¨¢s heterog¨¦neos, desde los ex montoneros hasta la extrema derecha.