Jean-Marie Le Pen: "Ni un voto para Mitterrand"
"Ni un solo voto para Fran?ois Mitterrand". ?sta fue la principal consigna impartida ayer por Jean-Marie Le Pen, el caudillo de la ultraderecha francesa, ante una masa de unos 40.000 partidarios reunidos bajo la lluvia en el jard¨ªn de las Tuller¨ªas, de Par¨ªs. Una semana justa despu¨¦s de haber obtenido algo m¨¢s del 14% de votos en la primera vuelta de la elecci¨®n presidencial, Le Pen guard¨® su consigna de voto en la segunda vuelta para el Primero de Mayo, fiesta del trabajo, consagrada por la ultraderecha a festejar Santa Juana de Arco (cuyo jubileo es el 30 de mayo, seg¨²n el canon).
Le Pen descalific¨® severamente a Mitterrand, bordeando el lenguaje golpista, y habl¨® de "la traici¨®n fundamental del jefe del Estado en ejercicio". Para el dirigente del Frente Nacional, las declaraciones de Mitterrand sobre el racismo y la xenofobia de su partido "le descalifican para siempre para seguir siendo presidente". Sus opiniones sobre el derecho de voto de los inmigrantes, su "implicaci¨®n directa" en numerosos esc¨¢ndalos y su actitud respecto a la revuelta de Nueva Caledonia, en la que "se ha convertido en c¨®mplice de los terroristas", llevan a que "ni un solo franc¨¦s de coraz¨®n puede dar su voto a Mitterrand".Votar contra Mitterrand significa el primer paso de acercamiento a los intereses de Jacques Chirac, que necesita los votos de Le Pen para obtener la mayor¨ªa. Pero, aunque Jean Marie Le Pen dej¨® abierta la posibilidad de dar el voto "al candidato residual", en una decisi¨®n "entre lo malo y lo peor", en ning¨²n momento mencion¨® el nombre de Chirac, y no descart¨® la posibilidad de la abstenci¨®n. Para el caudillo ultraderechista, "el 8 de mayo es una fecha ya pasada para la historia de Francia". "Mitterrand no tendr¨¢ ni un solo voto del Frente Nacional, pero no tendremos ninguna responsabilidad sobre lo que ocurra el 8 de mayo", a?adi¨®.
Le Pen desea convertirse en el due?o de la derecha francesa, despu¨¦s de sus brillantes resultados electorales del 24 de mayo. Seg¨²n los argumentos desarrollados ayer, Le Pen habr¨ªa obtenido un mill¨®n m¨¢s de votos, hasta situarse por encima del propio Chirac, si no hubiera contado con la conspiraci¨®n de los institutos de sondeos, los periodistas y los medios de comunicaci¨®n, a los que la masa lepenista dedic¨® un abucheo feroz. La actual mayor¨ªa conservadora es, para Le Pen, una minor¨ªa. Chirac, su candidato residual. Seg¨²n este esquema, la derecha democr¨¢tica, incapaz de aplicar su prograrna original, el que la llev¨® al Gobierno en las elecciones legislativas de 1986, no tiene ya ni ideas ni voluntad para aplicarlas. S¨®lo queda Le Pen, el caudillo carism¨¢tico, bajo la lluvia, la imagen de Juana de Arco y el r¨®tulo enorme "Juana por Francia".
Misa en lat¨ªn y arenga
Toda su declaraci¨®n de ayer se dirigi¨® a ofrecer la impresi¨®n de que entre Mitterrand y el caudillo no hay nada importante, y de que el antimitterrandismo hoy es ¨²nicamente otro nombre del lepenismo. Si vence Chirac, podr¨¢ decir que ha sido gracias a su llamamiento a luchar contra Mitterrand. Si vence Mitterrand, intentar¨¢ erigirse en el l¨ªder de toda la derecha.Los esfuerzos de todo un sector del chiraquismo, encabezados por el ministro del Interior, Charles Pasqua, por acercarse al Frente Nacional est¨¢n cosechando, por el momento un mayor endurecimiento de Le Pen, que no perdona las descalificaciones recibidas desde el actual Gobierno, y principalmente por parte del primer ministro. Para poner las cosas m¨¢s dif¨ªciles a Chirac, la concentraci¨®n de ayer,que empez¨® en desfile, sigui¨® con misa en lat¨ªn y de espaldas a los fieles y termin¨® con la vibrante arenga del dirigente del Frente Nacional, ofreci¨® la faz tradicional de los actos p¨²blicos de la ultraderecha de siempre: montones de banderas, toneladas de insignias, boinas y uniformes paramilitares y cr¨¢neos rapados. S¨®lo los c¨¢nticos fascistas tradicionales estaban ausentes, sustituidos por la entrada a saco en los sonsonetes m¨¢s emotivos del repertorio musical cl¨¢sico.
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