Una de las tres obras dram¨¢ticas que escribi¨® Picasso se estrena en un peque?o teatro de Nueva York
'El deseo cogido por el rabo' est¨¢ dirigida por el aragon¨¦s ?ngel Gil Orrios
El deseo cogido por el rabo, una de las tres obras teatrales que escribiera Pablo Picasso, renace al p¨²blico, en un peque?o teatro en Nueva York. Hasta ahora la vida de la obra se reduc¨ªa a lecturas esc¨¦nicas, la m¨¢s famosa de ellas en Par¨ªs, dirigida por Albert Camus, con Jean Paul Sartre en el papel principal. La obra recoge las penalidades y sue?os de "el gran pie" en su penar por la comida y el sexo, y su esperanza de un futuro mejor.
Dirigida por el joven director aragon¨¦s ?ngel Gil Orrios, que es el responsable de su rescate y puesta en escena, este drama surrealista en un acto recoge las peripecias de un pie en busca de la felicidad en un universo de privaci¨®n. La obra fue escrita en enero de 1941, en un Par¨ªs ocupado por los alemanes en el que Picasso, por su condici¨®n de artista no realista, era considerado un "degenerado" a los ojos de la propaganda nazi.Por haber pintado el Guernica, manifiesto de los horrores de la guerra en general y de la aviaci¨®n germana en particular, y por sus conocidas simpat¨ªas filocomunistas, hubo de permanecer oculto, vi¨¦ndose obligado a cambiar de alojamiento continuamente, habitando en diminutas buhardillas y privado pr¨¢cticamente de dinero.
Miseria
En aquel invierno de 1941 el pintor se ve incapaz de pagar el cada vez m¨¢s prohibitivo precio del combustible para su calefacci¨®n, se ve parte del tiempo privado de comida y no puede comprar ni pinturas ni telas ni tiene espacio en donde trabajarlas. La escritura se convierte entonces en el ¨²ltimo recurso para su capacidad creativa.De aquel per¨ªodo, lo m¨¢s destacado es precisamente El deseo cogido por el rabo, que rezuma todas las influencias dad¨¢s y surrealistas que el pintor acumulara en su larga y fruct¨ªfera relaci¨®n con Andr¨¦ Breton, Jean Cocteau y los j¨®venes existencialistas. La funci¨®n aqu¨ª estrenada recoge en un escenario, blanco las penalidades y sue?os de "el gran pie" en su penar por la comida, el sexo, y su esperanza de que el futuro sea m¨¢s halag¨¹e?o. El sue?o final, el sue?o de tantos: la loter¨ªa. Para ayudar a comprender el oscuro simbolismo de la obra, Gil Orrios ha ideado una coreograf¨ªa de zapateado y cante flamenco. "Era una decisi¨®n arriesgada, pues trabajamos con actores norteamericanos, pero la excelente preparaci¨®n de los int¨¦rpretes en este pa¨ªs ha permitido una transici¨®n nada f¨¢cil, pero ¨®ptima, del claqu¨¦ al flamenco".
Parte del elenco de la obra que se presenta actualmente en Nueva York, es hispano. "No es ninguna casualidad", sigue diciendo Gil Orrios, "porque el actor de origen hispano est¨¢ ganando su lugar en la industria del espect¨¢culo norteamericana a marchas forzadas. Adem¨¢s, para esta obra en particular era fundamental que los actores comprendieran el universo sensorial mediterr¨¢neo. Y qu¨¦ duda cabe que los actores hispanos tienen la sangre m¨¢s caliente que los norteamericanos".
La opci¨®n de representar la obra no obedeci¨® sencillamente a que: "Picasso es un buen escritor de teatro. Dif¨ªcil, pero bueno", sino a la actualidad de la funci¨®n en un Nueva York en que casi la mitad de la poblaci¨®n vive en un estado de casi miseria y alienaci¨®n. Una de las escasas esperanzas es, precisamente, la loter¨ªa, de la que hay m¨¢s de cinco variantes en el Estado.
Aparte del sue?o de la fortuna inmediata que nunca toca, la realidad social es mucho m¨¢s deprimente. Las calles est¨¢n pobladas de menesterosos a los que la pol¨ªtica de capitalismo salvaje de Reagan ha privado de hostales y refugios. Una ciudad que ha votado mayoritariamente a Jesse Jackson, en un grito colectivo de los menos pudientes porque se termine de una vez una situaci¨®n que ha generado unos pocos millonarios y unos muchos pobres.
Para ?ngel Gil Orrios, El deseo cogido por el rabo es un "sue?o de abundancia en un universo de privaciones", y la vitalidad de la obra, aun cuando surrealista y en "clave abstracta, on¨ªrica", es evidente. "El ¨²nico problema es hacer accesible al p¨²blico de hoy la imaginer¨ªa surrealista que utiliza Picasso. Y en eso estimo que el recurso del flamenco ayuda much¨ªsimo".
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