El recurso a la fuerza

, El Gobierno polaco se decidi¨® a utilizar la fuerza. Por confusi¨®n ante una situaci¨®n inesperadamente grave, miedo a una extensi¨®n de las huelgas o divergencias en el seno del Partido Comunista, -o todo a la vez-, el r¨¦gimen polaco ha puesto en juego en pocas horas todos sus esfuerzos de conciliaci¨®n con la sociedad de los ¨²ltimos siete a?os.

Las amnist¨ªas, la apertura informativa, el acercamiento del r¨¦gimen a personalidades independientes con prestigio en la sociedad y una innegable liberalizaci¨®n caen en el olvido ante im¨¢genes de polic¨ªas vapuleando a manifestantes en las calles de Varsovia o las unidades especiales en "acciones de castigo" propinando palizas a obreros.

El mi¨¦rcoles, el portavoz del gobierno, Jerzy Urban, acus¨® a los huelguistas de utilizar "m¨¦todos terroristas" en su supuesto af¨¢n por destruir la econom¨ªa polaca. Los periodistas lo tomaron por uno de los excesos verbales a que tan acostumbrada tiene a la opini¨®n p¨²blica polaca este curioso propagandista.

Ayer se supo que Urban preparaba el terreno para la m¨¢s que desproporcionada acci¨®n de lanzar un cuerpo antiterrorista de elite contra obreros que dorm¨ªan en espera de una negociaci¨®n acordada para horas despu¨¦s. Tomada por la fuerza la siderurgia de Nowa Huta, es l¨®gico pensar, como se?ala Walesa, que el asalto a los astilleros Lenin es inminente. Se presenta, sin embargo, m¨¢s dif¨ªcil. Los obreros de los astilleros est¨¢n ahora alerta. La ciudad de Gdansk est¨¢ ya movilizada y los astilleros son todo un s¨ªmbolo del movimiento obrero polaco. Si los obreros deciden defenderse, la polic¨ªa tendr¨¢ que emplearse a fondo. Y aunque con m¨¦todos policiales acabe ahora con esta y las restantes huelgas, en pocos meses tendr¨¢ el r¨¦gimen que enfrentarse a otras nuevas y quiz¨¢ mas violentas.