Ejercicios de devoci¨®n
Era ya la hora de maitines cuando finaliz¨® la concelebraci¨®n. El pont¨ªfice, Leonard Cohen, despidi¨® al pueblo fiel entonando a capella con sus m¨²sicos un spirituaL Los creyentes encendieron sus cirios-mechero y aquello parec¨ªa la gloria. Y para que los incr¨¦dulos se quedaran pasmados, hubo tambi¨¦n milagro en la Bas¨ªlica de los Deportes: el sonido fue perfecto con Leonard Cohen, cosa que s¨®lo puede ser achacable a factores sobrenaturales. Claro que para conseguir el portento los creyentes fueron sometidos a una hora de descanso-rogativa durante la cual se hicieron abundantes libaciones espirituosas, aunque mucha gente se contentaba con el agua bendita.La ac¨²stica no se mostr¨® tan milagrera con Aute. Durante todo su ritual, una diab¨®lica chicharra anduvo desasosegando al oficiante y a los fieles. Evidentemente, era obra del demonio. Ya lo hab¨ªa advertido el celebrante: Anda suelto Satan¨¢s. La piadosa asamblea, con santa ira, levantaba los brazos al cielo profiriendo rosarios de lamentaciones. Pero la chicharra se mantuvo fiel a s¨ª misma, aunque no consigui¨® rematar su faena, porque la verdad es que en algunos momentos Aute son¨® muy bien.
Aute y Leonard Cohen
Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, 9 de mayo.
Aute se consagr¨® como cantante teologal, hasta el punto de que muchas de sus ant¨ªfonas son aut¨¦nticos motetes en la estructura musical. Gregoriano, crucifixiones, aleluya, coronas de espinas, polifon¨ªa sacra, ¨¦xtasis, ¨¢ngelus, infierno, resurrecci¨®n y gloria. Pero como el verbo se hizo carne, Aute predica la lujuria, la transgresi¨®n y la teodicea libidinosa. Mar¨ªa Jim¨¦nez es una aprendiza a su lado.
Quien lleg¨® a cotas celestiales fue el viejo testamento, Leonard Cohen. Tambi¨¦n utiliza las Escrituras en sus temas, pero la salmodia de Cohen, sobre todo en los ¨²ltimos tiempos, se ha llenado de luminosidad mediterr¨¢nea. Las 8.000 personas del Palacio de los Deportes quedaron extasiadas, arrulladas, seducidas por la m¨²sica y la voz cavernaria de Cohen.
Adem¨¢s de un dominio total del escenario, exhibi¨® m¨²sicos extraordinarios y dos se?oritas que hac¨ªan los coros como los ¨¢ngeles. Algunos solos de mandolina y oud del instrumentista John Bilezikjian fueron aclamados con entusiasmo por la asamblea. Fue un ¨¢gape bienaventurado.
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