Lleg¨® la reventa
Cualquier aficionado a los toros se sorprender¨ªa el pasado mi¨¦rcoles al encontrar tantas caras conocidas en las cercan¨ªas del pabell¨®n del Real Madrid. Hab¨ªan aparecido los reventas. La raz¨®n era muy simple: Alaska y Dinarama y Gabinete Caligari hab¨ªan logrado, por primera vez en estas fiestas, poner el cartel de no hay billetes en el pabell¨®n.Nada queda en Alaska y Dinarama de aquellos jovenzuelos dispuestos a romper con todas las normas establecidas y a buscar nuevas formas para el rock. Los que fueron padres de la movida hoy son los genuinos representantes del modelo atado y bien atado. Ya no necesitan suspirar por "ser un bote de Col¨®n y salir anunciado en la televisi¨®n", no lo necesitan. Alaska goza de una popularidad enorme, basada en la admiraci¨®n que producen su tremendo descaro est¨¦tico y su provocaci¨®n continua y perfectamente estudiada. Por eso, el p¨²blico le perdona todo. Le perdona que cante, que baile o que se disfrace de maciza. Da igual; su p¨²blico corea con entusiasmo las canciones -casi siempre copiadas- que compone para ella Carlos Berlanga, y delira cuando esas canciones se llaman Rey del glam o Perlas ensangrentadas. La idea actual del grupo es clara: hacer m¨²sica de baile que no requiera esfuerzos instrumentales pero proporcione f¨¢ciles ingresos.
Alaska y Dinarama
Gabinete CaligariPabell¨®n de Deportes del Real Madrid, 11 de mayo.
Gabinete Caligari no han llegado a ese punto. Cierto es que se han comercializado -algo obligado para salir de las catacumbas-, pero conservan la credibilidad. Salieron a escena con su habitual vestimenta -a lo Curro Jim¨¦nez o con lunares negros sobre fondo amarillo-, y en seguida lograron dominar esos ritmos toreros que, sin obligar a grandes virtuosismos, conectan con facilidad con una audiencia que se sabe de memoria sus canciones. El pasado mi¨¦rcoles, el p¨²blico se les entreg¨® desde el principio, a pesar de que lo suyo no sea muy marchoso y de que parecen estar clavados al escenario. Pero hacen buenas canciones, lo que en algunos afortunados casos es suficiente.
Babelia
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