El m¨ªnimo com¨²n

EN LA reuni¨®n en Madrid del Consejo de la Internacional Socialista (IS) ha sido significativo el elevado n¨²mero de delegaciones no pertenecientes a la IS que han asistido como observadores. Por ejemplo, la presencia de delegados del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica expresa una apertura hacia los nuevos fen¨®menos que Gorbachov representa, apertura confirmada, con los matices l¨®gicos, en numerosos discursos y en concreto por Felipe Gonz¨¢lez. Tuvo asimismo peso la presencia de delegados del Tercer Mundo, desde el observador de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) o el dirigente druso Jumblat hasta el Frente Polisario. Cuando la vida pol¨ªtica adquiere una dimensi¨®n m¨¢s internacional, esta tendencia aperturista de la IS es positiva.En la reuni¨®n de Madrid, el punto m¨¢s pol¨¦mico fue el de Oriente Pr¨®ximo. Estaba presente el vicepresidente del Gobierno y ministro israel¨ª de Exteriores, Sim¨®n Peres, protegido por una guardia personal poco agradable, y el palestino Sinora, rodeado por una simpat¨ªa bastante general. La resoluci¨®n aprobada, despu¨¦s de largas y enconadas discusiones, se queda muy por detr¨¢s de lo que han dicho p¨²blicamente la mayor paxte de los partidos socialistas e incluso muchos partidos centristas. Hay una "condena" a "las fuerzas armadas israel¨ªes", pero las fuerzas armadas act¨²an de acuerdo con las ¨®rdenes que reciben de su Gobierno, y Peres es el vicepresidente de ese Gobierno. Silenciar la responsabilidad de los laboristas israel¨ªes en la pol¨ªtica de represi¨®n contra las poblaciones de los territorios ocupados no es propio de una Internacional que deber¨ªa exigir, precisamente de sus partidos afiliados, un m¨ªnimo de coherencia con los ideales que dicen defender. Ni siquiera figura en la resoluci¨®n algo que los Gobiernos europeos han aprobado: la necesidad de que la OLP participe en la conferencia internacional que se preconiza para tratar el problema de Oriente Pr¨®ximo. Por encima de la justicia y la verdad han primado consideraciones electoralistas: el deseo de no da?ar al Partido Laborista con vistas a las elecciones de noviembre pr¨®ximo en Israel. De poco servir¨¢ a los laboristas israel¨ªes, seg¨²n todos los pron¨®sticos, esta cobard¨ªa de la IS, y, en cambio, la imagen de ¨¦sta queda en mal lugar.

En las reuniones de la IS hay mucho ritual que se repite: son preparadas por funcionarios de los partidos, que elaboran resoluciones sobre la base del m¨ªnimo com¨²n denominador. Por eso nacen lastradas por el burocratismo y, salvo cuando surge un tema pol¨¦mico, como esta vez el palestino, son aprobadas sin pena ni gloria. Los l¨ªderes conocidos llegan para pronunciar sus discursos, cuyo contenido depende m¨¢s de consideraciones pol¨ªticas nacionales que de un esfuerzo por trazar una pol¨ªtica socialista a escala mundial. Quiz¨¢ Willy Brandt sea la excepci¨®n a esta regla. No cabe duda de que la Internacional Socialista cumple un papel v¨¢lido como foro de encuentro y discusi¨®n entre partidos y fuerzas socialistas de numerosos pa¨ªses. Pero de sus reuniones no surge ninguna idea, ninguna iniciativa susceptible de contribuir a resolver los graves problemas planteados en el mundo.