La cooperaci¨®n espa?ola con Guinea Ecuatorial
Las relaciones de Espa?a con Guinea Ecuatorial han estado marcadas hist¨®ricamente por la pol¨¦mica. Los antecedentes se remontan al desastre descolonizador de los a?os sesenta y a la cat¨¢strofe del r¨¦gimen de Mac¨ªas en los setenta, sin que las esperanzas abiertas tras el llamado golpe de la libertad del presidente Obiang en 1979 hayan resuelto definitivamente el modelo de relaci¨®n hispanoecuatoguineana.Sin embargo, me encuentro entre los convencidos de que una estrecha relaci¨®n entre ambos pa¨ªses no s¨®lo es necesaria, sino perfectamente posible. Para ello, ser¨ªa bueno que no estuvi¨¦ramos sometidos permanentemente a la inclinaci¨®n del abandonismo en cuanto surge un incidente (caso del sargento Mir¨®, accidente del Aviocar, etc¨¦tera) o, parad¨®jicamente, a escandalizarnos en cuanto otro pa¨ªs europeo establece programas de cooperaci¨®n con Guinea Ecuatorial.
Por otra parte, no puede haber lugar a equ¨ªvocos si entre ambos Gobiernos se establece con claridad qu¨¦ sentido tienen las relaciones, cu¨¢les son sus objetivos y cu¨¢les sus l¨ªmites. Y esto es lo que hemos intentado hacer en el ¨¢mbito de la ayuda id desarrollo con el plan marco de cooperaci¨®n entre Espa?a y Guinea Ecuatorial aprobado en 1985, precisamente el a?o en que se crea la propia Secretar¨ªa de Estado para la Cooperaci¨®n Internacional y para Iberoam¨¦rica.
?En qu¨¦ consiste este plan marco? Se trata de un documento que delimita los objetivos y racionaliza los programas de cooperaci¨®n necesarios para atender los compromisos que acordamos con Guinea en los -a?os 1979 y 1980. La elaboraci¨®n de este plan resultaba necesaria por cuanto ten¨ªamos que ordenar una cooperaci¨®n t¨¦cnica que en el pasado se dedic¨® a suplir las carencias m¨¢s urgentes y que ahora requiere una dimensi¨®n esencialmente estructural; esto es, dirigida a consolidar una imprescindible autonom¨ªa en el funcionamiento de las estructuras b¨¢sicas del pa¨ªs.
Esta orientaci¨®n explica el que junto a los programas asistenciales y junto a los esfuerzos por fomentar el idioma espa?ol y la cultura hisp¨¢nica como signos de la identidad -voluntariamente manifiesta- del pueblo ecuatoguineano, el plan marco haya concedido especial importancia a los programas de formaci¨®n de personal en todos los terrenos.
Bajo este principio, en el ¨¢rea educativa, la cooperaci¨®n espa?ola presta un decidido apoyo a todo el sistema de ense?anza ecuatoguineano. Se ha realizado un esfuerzo especial para mejorar los m¨¦todos pedag¨®gicos del espa?ol y los estudios b¨¢sicos de la primaria. Se presta tambi¨¦n ayuda docente y material a las ense?anzas medias y a la formaci¨®n profesional. Y, en fin, gracias a la colaboraci¨®n de nuestra Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), los estudios universitarios han llegado a Guinea Ecuatorial, donde ya hay m¨¢s de 400 alumnos matriculados, buena parte de los cuales con beca espa?ola.
Acci¨®n cultural
La acci¨®n cultural de nuestra cooperaci¨®n siembra por el territorio ecuatoguineano los valores de una cultura expresada y difundida en espa?ol. Esta promoci¨®n, dirigida a "un pa¨ªs bant¨² con raigambre hisp¨¢nica" -como se ha autodefinido Guinea-, cuenta con el apoyo de los medios de comunicaci¨®n locales, mantenidos t¨¦cnicamente con ayuda de nuestros expertos en radiotelevisi¨®n.
La ayuda sanitaria espa?ola en Guinea se ha concentrado en la lucha contra el sufrimiento que provoca la enfermedad. M¨¢s de 60 profesionales -fundamentalmente m¨¦dicos y ATS- llevan a cabo un programa asistencial, de formaci¨®n e investigaci¨®n, que, en muchos aspectos, ha merecido el elogio de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
Tambi¨¦n en agricultura el plan marco estableci¨® el objetivo de introducir una nueva dimensi¨®n al desarrollo social para que un mayor n¨²mero de personas, asociaciones y comunidades rurales se beneficien de un mejor tratamiento t¨¦cnico de la naturaleza y de su entomo.
Otras ¨¢reas de actividad de nuestra cooperaci¨®n han hecho posible la rehabilitaci¨®n del aeropuerto de Malabo, la tra¨ªda de aguas a Bata, la construcci¨®n de 218 viviendas o la restauraci¨®n de edificios p¨²blicos.
Alrededor de 230 espa?oles viven permanentemente en Guinea Ecuatorial dedicados a los programas de cooperaci¨®n, lo que constituye un colectivo cuya labor de solidaridad en relaci¨®n a un pueblo estrechamente vinculado al nuestro merece p¨²blico reconocimiento.
He aqu¨ª, pues, el contenido esencial de una cooperaci¨®n amplia y compleja que no se corresponde con la artificiosa dial¨¦ctica de la que a veces es objeto y que, desde luego, no act¨²a bajo condicionantes de concurrencia frente a otros pa¨ªses u organizaciones donantes. Los programas esbozados anteriormente responden a unos objetivos se?alados de com¨²n acuerdo entre ecuatoguineanos y espa?oles, por lo que no cabe esperar ni exigir resultados distintos de los que se persiguen. El grado de cumplimiento de los objetivos que en su momento se establecieron debe ser el rasero con el que medir la eficacia de nuestra cooperaci¨®n con Guinea, y debo decir que la comisi¨®n mixta bilateral lo considera altamente satisfactorio.
No hay que olvidar, sin embargo, que el plan marco s¨®lo recoge la modalidad de cooperaci¨®n t¨¦cnica y cultural. Hay que a?adir los programas anuales de ayuda alimentaria, que generan fondos de contrapartida para financiar otros proyectos sociales, y diversos planes de asistencia econ¨®mico-financiera.
Precisamente en este terreno, nos encontramos hoy con la necesidad de planificar una ayuda en la que, junto al esfuerzo del Estado, colabore la iniciativa privada espa?ola para facilitar el urgente despegue econ¨®mico de Guinea Ecuatorial. Es preciso hallar una f¨®rmula que supere el obst¨¢culo generado por la deuda externa, fruto de alegr¨ªas financieras del pasado. Y entiendo que deber¨ªamos utilizar -adecuadamente dosificados- aquellos mecanismos financieros que posibilitan la ayuda al desarrollo, como los pr¨¦stamos FAD o los sistemas de capital-riesgo, las subvenciones o las facilidades del cr¨¦dito a la exportaci¨®n, hoy pr¨¢cticamente vedado por la falta de cobertura del riesgo que debe proporcionar el seguro correspondiente.
Asistencia
En cualquier caso, mientras se encuentran las f¨®rmulas m¨¢s adecuadas para mejorar nuestra asistencia econ¨®mica, no debe cuestionarse la continuidad de la actual cooperaci¨®n t¨¦cnica.
El Gobierno considera que los actuales niveles de coste (2.000 millones de pesetas anuales, aproximadamente) son adecuados en relaci¨®n con las actividades desarrolladas y los objetivos propuestos.
Por todo ello, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores hemos visto con simpat¨ªa el apoyo del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados a la creaci¨®n de una comisi¨®n de seguimiento de la cooperaci¨®n con Guinea Ecuatorial. Ser¨¢ una oportunidad magn¨ªfica para dar a conocer c¨®mo ha evolucionado la cooperaci¨®n espa?ola desde 1979, es decir, desde los Gobiernos de Adolfo Su¨¢rez y Leopoldo Calvo Sotelo hasta los de Felipe Gonz¨¢lez.
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