'La ca¨ªda de Barcelona', de Le Corbusier, donada para el Reina Sof¨ªa

El lienzo La ca¨ªda de Barcelona, realizado por el arquitecto suizo Le Corbusier en 1939, as¨ª como ocho bocetos y dos litograf¨ªas, fueron ayer oficialmente entregados por Heidi Weber-Haus, directora del museo privado que lleva su nombre en Z¨²rich. El acto de donaci¨®n, celebrado en el Centro de Arte Reina Sof¨ªa, de Madrid, estuvo presidido por el ministro de Cultura, Javier Solana. Las obras pasar¨¢n a formar parte de la colecci¨®n permanente de este museo.

La autora de la donaci¨®n de esta importante obra afirm¨® ayer que se trata de "un regalo al pueblo espa?ol en prueba de mi simpat¨ªa, ya que la obra est¨¢ tan ¨ªntimamente ligada a la historia de Espa?a que su donaci¨®n se hace casi obligada. Lleg¨® la hora en que esta obra tan expresiva sea entregada al pueblo espa?ol". Heidi Weber-Haus a?adi¨® que un cuadro de las caracter¨ªsticas de La ca¨ªda de Barcelona nunca debe pertenecer en exclusiva a un coleccionista, ya que una obra de arte existe si forma parte activa dentro de la vida del pueblo y realiza as¨ª sus funciones, tanto de ense?anza como la de proporcionar nuevos sentimientos y pensamientos".El ministro Javier Solana destaca en el pr¨®logo del cat¨¢logo editado para presentar las obras que, junto al mural Guernica, de Pablo Picasso, as¨ª como otras extraordinarias obras surgidas en el contexto de una misma ¨¦poca, La ca¨ªda de Barcelona contribuye al trazado de un espacio que revela art¨ªsticamente cu¨¢nto signific¨® la guerra civil espa?ola. "Tan importante legado", prosigue Solana, "no s¨®lo enriquecer¨¢ las colecciones permanentes del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, sino que a buen seguro hallar¨¢ la respuesta de un destacado lugar de exhibici¨®n".

Visita a Espa?a

El profesor de est¨¦tica Sim¨®n March¨¢n explica que Le Corbusier visit¨® Espa?a en 1928 para dictar unas conferencias en Madrid y Barcelona. Posteriormente, en 1.932, el arquitecto catal¨¢n Josep Llu¨ªs Sert le introdujo en Barcelona y le puso en contacto con un grupo de arquitectos. Desde entonces, las visitas de Le Corbusier se hicieron tan frecuentes que sus lazos con la Ciudad Condal no llegaron a romperse nunca.