Borregada a la francesa
Con la primera corrida de la feria aparecieron los engordados borregos de Mat¨ªas Bernardos. No estaban para muchos trotes en el traj¨ªn de la lidia, y sus cabezas, sospechosamente manipuladas, les daban un cierto aire de h¨ªbridos de granja. La mansedumbre la cantaban en el caballo, y la ratificaban en la muleta, salvo un lote, el de Rafi Camino. Este lote demostr¨®, entre otras cosas, por qu¨¦ este torero no est¨¢ para actuar en grandes plazas. Otros diestros s¨ª que est¨¢n para actuar en otras plazas, y hasta en cinco tardes, como aqu¨ª va a ser el caso de Paco Ojeda; aunque tal diestro no sea capaz de lidiar a un manso, caso evidente de ayer ante el quinto.Pero si hay un torero capaz de lidiar toros aut¨¦nticos, es Roberto Dom¨ªnguez, y ayer, mire usted por d¨®nde, se olvidaron de echarle por chiqueros el toro ¨ªntegro y verdadero. Tambi¨¦n, c¨®mo no, aguant¨® la invalidez manifiesta de su lote, aunque a pesar de todo dej¨® el testimonio claro de ser un torero importante hasta con el descabello. La ovaci¨®n estruendosa que la afici¨®n nime?a le otorg¨®, tras descabellar certero al cuarto de la tarde, as¨ª lo ratificaba, aunque hubiera oreja de regalo.
Bernardos / Dom¨ªnguez, Ojeda, Camino
Toros de Mat¨ªas Bernardos, aborregados, blandos y mansos. Todos sospechosos de pitones. Roberto Dom¨ªnguez: palmas y salida al tercio; oreja. Paco Ojeda: oreja; divisi¨®n. Rafi Camino: palmas con algunos pitos; oreja.Arenas de Nimes (Francia), 19 de mayo. Segunda corrida de feria.
Sin embargo, este importante p¨²blico, que no protest¨® las cabezas de los toros, y obsequi¨® orejas, se muestra excesivamente motivado por el despliegue publicitario que hay en torno a Paco Ojeda, y, como dir¨ªa un castizo: "le tapan casi t¨®". El diestro de Sanl¨²car, que recibi¨® a su primero domando el capote tal que sacudiera las migas del mantel, ofreci¨® de seguido su faena habitual, es decir, encelando en derechazos la embestida del toro, y de ah¨ª para adelante ligar el redondo con el ayudado, el de pecho con el repecho, y el par¨®n m¨¢gico y vertical rozando la pala del pit¨®n la taleguilla. Alguien dijo por la barrera que viendo una faena de Ojeda ya has visto todas. Con la mansedumbre del cuarto, entablerado y huyendo de la muleta, ni lo intent¨®.
Con el pastue?o tercero naufrag¨® Rafi Camino, en pos del pegapasismo. Ante el sexto, tranquilizando vaivenes, extrajo alg¨²n muletazo de buena factura. El torerazo Roberto Dom¨ªnguez qued¨® in¨¦dito; la culpa fue falta de material, otra vez ser¨¢.
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