Para elegidos

La Direcci¨®n General de Museos celebr¨® el D¨ªa Internacional de los Museos con un concierto de c¨¢mara de asistencia por invitaci¨®n en el Palacio Cerralbo, uno de esos extraordinarios locales que existen en Madrid y que son desconocidos para la mayor¨ªa a pesar de las bell¨ªsimas obras que contiene. En un magn¨ªfico sal¨®n de este palacio, por la decoraci¨®n y por la sonoridad, construido en 1893 y dedicado al marqu¨¦s que tan brillante papel desempe?¨® en la defensa de La Coru?a a fines del siglo XVI, rodeados de espejos, pinturas, esculturas y armaduras, dos j¨®venes artistas abordaron un ameno repertorio con obras alemanas, francesas y espa?olas para piano y chelo.La predominancia de este ¨²ltimo en las piezas escogidas permiti¨®, sin dem¨¦rito para Susan Cambell, un especial lucimiento a Josep Basall, concertista nacido en Barcelona en 1956, para quien su maestro Radu Adulescu no ha desde?ado elogios, y no es extra?o dado que Basall se inscribe de pleno derecho dentro de la escuela de excelentes chelistas espa?oles -los Claret, Ramos o Corostola.

Si en un principio pudieron percibirse dificultades de ajuste entre ambos solistas, m¨¢s atentos a ello que a la m¨²sica, la compenetraci¨®n se produjo ya en el inspirado rondo de la Sonata n¨²mero 1 de Beethoven, para continuar brindando cuidadas versiones de El adagio y Alegro opus 70 de Schumann, y los Cantos de Espa?a de Nin, a cuyo hijo, tambi¨¦n compositor y presente en el acto, fueron dedicadas las cuatro piezas. Asimismo, acertaron en el reflejo del ambiente elegiaco de la Eleg¨ªa de Faur¨¦ y la no menos evocadora Sonata de Debussy, con sus reminiscencias orientales y sus vivos ritmos.