Martin Amis, el estilo de la vulgaridad
El escritor presentar¨¢ la pr¨®xima semana en Espa?a 'Dinero', novela de una autodestrucci¨®n
"Comenzamos escribiendo sobre los dioses, seguimos con los reyes, luego con los guerreros, m¨¢s tarde con la clase media, nosotros, y ahora", dice con asco, "sobre ellos". As¨ª habla en su silencioso estudio londinense Martin Amis, uno de los escritores m¨¢s conocidos de la joven narrativa en ingl¨¦s y a quien su sinceridad le ha creado una imagen de dificil. No lo es. A dos portales de distancia, una casa amenaza ruina, hay tres coches abandonados en 100 metros y merodean al menos dos vagabundos. Amis viajar¨¢ a Espa?a la pr¨®xima semana para presentar Dinero (Anagrama) la feroz autodestrucci¨®n de un hombre que s¨®lo cree en el dinero y el exceso. "Escribo con estilo sobre cosas vulgares", dice Amis.
John Self (Juan Mismo, o algo as¨ª), el protagonista de Dinero, es un hombre atiborrado de pornograf¨ªa y la historia plana de la televisi¨®n, tan corto que lee literalmente Granja de animales, la c¨¦lebre alegor¨ªa de George Orwell sobre la revoluci¨®n de Octubre, y no se cree que los cerdos puedan llegar a ser tan inteligentes.Publicista con mucha suerte, a Self le llueve el dinero de forma constante hasta que conoce a un hombre en un avi¨®n entre Londres y Nueva York -la novela es un p¨¦ndulo entre las dos ciudades-, ambos deciden hacer una pel¨ªcula y ah¨ª comienza el fin. Entretanto, John Self se mantiene sobrio en tan s¨®lo unas pocas de las 398 p¨¢ginas del libro, y las dem¨¢s son la cr¨®nica feroz y a veces divertida de su decadencia a trav¨¦s del alcohol y las mujeres, ¨¦se tipo de mujeres que exprimen.
Amis, de 38 a?os, es casi norteamericano. Vivi¨® all¨ª, ha publicado como periodista numerosos reportajes sobre Estados Unidos (The moronic inferno and other visits to America, Penguin), su mujer y sus dos hijos son norteamericanos, y ¨¦sa es la raz¨®n de que el libro tenga, como el protagonista, una dimensi¨®n excesiva. "Cuando los brit¨¢nicos ¨¦ramos el centro del mundo, pod¨ªamos escribir novelas de 500 p¨¢ginas, como hacen los americanos. Mis primeras novelas eran de 250 p¨¢ginas. Pero yo necesitaba aire, y con Dinero decid¨ª hacer una obra americana".
El aguante del cr¨¢pula
Aunque no lo parezca, Dinero es tambi¨¦n un libro autobiogr¨¢fico, y no s¨®lo por el tono de confidencia con que John Self cuenta la historia de sus excesos. Martin Amis aparece en el libro como personaje, al modo de un Pirandello y, seg¨²n explica, no se trata s¨®lo de un medio para distanciarse del personaje. La asombrosa resistencia de John Self para aguantar su vida de cr¨¢pula est¨¢ inspirada en experiencias del propio Amis principalmente cuando soltero. "El humor consiste en eso", dice, "en exagerar las cosas hasta el borde de la l¨ªnea que las separa de la farsa". Self tiene cosas de Amis, "pero no tiene otras cosas que tengo yo".Por lo dem¨¢s, afirma, existe cierta tendencia a lo autobiograf¨ªa en la novela actual, como si el escritor ya s¨®lo confiara en su propia experiencia y descreyera de la imaginaci¨®n.
Dinero es tambi¨¦n una novela moral, concede Amis, "aunque la mayor parte de los escritores son moralistas". Pero lo ser¨ªa en el sentido en que Saul Bellow, maestro de Amis, dijo que coexisten en Chicago la ¨¦tica, s¨®lo lo relacionado con el dinero, y la moral: s¨®lo lo relacionado con el sexo. "Lo que m¨¢s me preocupa", comenta como para s¨ª, "es en lo que est¨¢ metido el escritor: una suerte de vampiro que roba y chupa de la vida para meterlo en los libros".
Amis es bajito y con brazos fuertes de tenista, pelo rubio pajizo, t¨ªmido, capaz de escuchar y, sobre todo, capaz de hablar. No es que hable mucho sino que cuando habla -y cuando escribe-, lo hace con una notable inventiva, y a la m¨ªnima que se interese ha soltado ya una retah¨ªla de sin¨®nimos, ha inventado una palabra o ha colocado un taco bien colocado, lo que no es f¨¢cil. Las dos habitaciones amplias de su estudio se encuentran en una callecita de chal¨¦s a das manzanas de Portobello Road (el Rastro de Londres), y todo, libros, sof¨¢, habitaciones y chal¨¦s tienen ese aire viejo y usado que los ingleses consiguen como nadie.
"Soy un escritor c¨®mico que escribe sobre el dolor", y aunque ¨¦sa podr¨ªa ser la definici¨®n misma de los humoristas, Amis cree que ¨¦l va m¨¢s all¨¢ en la brillante tradici¨®n humor¨ªstica brit¨¢nica; m¨¢s all¨¢ que Wodehouse, Waugh, o Sharpe, que le parece un farsante. M¨¢s all¨¢ que Kingsley Amis, su padre, que con Lucky Jim se hizo un nombre tan importante en el g¨¦nero que a¨²n pesa sobre las espaldas literarias de su hijo; es ¨¦l quien menciona a su padre, y para explicar que no es s¨®lo la atm¨®sfera algo cerrada de la literatura inglesa la que le hace marchar a Am¨¦rica peri¨®dicamente: "Gracias al cielo, all¨ª hablan ingl¨¦s".
El tema espera
Uno no elige ser humorista, dice Amis, ni tampoco elige el tema sobre el que escribe. "M¨¢s bien, uno reconoce el tema, que le estaba esperando". Amis escribe sobre "el sufrimiento y la humillaci¨®n", dice -sus tres autodefiniciones son variantes de una misma idea-, pero no sabe por qu¨¦.Salvo una primera infancia que no se podr¨ªa llamar de pobreza, sino "algo as¨ª como la escasez en la casa de un posgraduado", la vida de Amis est¨¢ llena de lo que se considera suerte. Oxford, periodismo de calidad en las mejores publicaciones brit¨¢nicas, y novelas con excelente acogida de la cr¨ªtica: Other people: a mystery story, Success, Dead Babies, y Los papeles de Raquel (¨¦sta en Anagrama), premio Maugham para j¨®venes autores.
"El estilo revela la forma en que vemos las cosas", dice Amis, "y la elecci¨®n del tema est¨¢ determinada por el esp¨ªritu". Si en literatura cabe hablar de causas y de efectos, parecer¨ªa que algo le corroe el alma a este humorista, y eso es lo que persigue en sus libros, en los que puede caber la carcajada pero dif¨ªcilmente la sonrisa. Puro humor desesperado.
Babelia
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