"Les hubi¨¦ramos dejado pasar sin necesidad de tiros"

"No somos conejos de Indias", gritaba un ama de casa de Legan¨¦s que hab¨ªa congregado con su discurso a un gran n¨²mero de pensionistas y mujeres frente a la casa asaltada por los geo. La asociaci¨®n de vecinos ped¨ªa mientras tanto la dimisi¨®n "inmediata del ministro Barrionuevo". El barrio obrero de San Nicasio herv¨ªa ayer por la ma?ana. La ¨²nica persona herida durante la intervenci¨®n de la polic¨ªa explicaba -con su brazo en cabestrillo, atravesado por una bala- que deb¨ªan haber preguntado, que les hubieran dejado pasar "sin necesidad de tiros y explosiones".

La intervenci¨®n de los grupos especiales pill¨® a Nicanor Gonz¨¢lez, un alba?il de 61 a?os, desnudo. "No te muevas o te pegamos un tiro", afirma que le dijeron. Despu¨¦s las cosas se relajaron y le permitieron ponerse unas zapatillas y un pantal¨®n. Su hija, Sof¨ªa Gonz¨¢lez Tapia, permaneci¨® durante todo ese tiempo atrincherada con su familia en la cocina del piso superior, con el brazo herido, que, en caliente, todav¨ªa no le dol¨ªa, mientras los disparos se suced¨ªan.Una bala la hab¨ªa alcanzado cuando iba a abrir la ventana para averiguar qu¨¦ ruidos eran aquellos que, horas despu¨¦s, todav¨ªa no sab¨ªa adjetivar. Segundos despu¨¦s ella y su marido llegaban gateando hasta el cuarto de los ni?os y se amontonaron con ellos en la cocina.

Evelia Tapia, la abuela de los ni?os, pens¨® que aquel estruendo no pod¨ªa ser sino "que hab¨ªa empezado la guerra". Su hija Sof¨ªa no comprend¨ªa c¨®mo o¨ªa a la polic¨ªa y no llegaban a auxiliarla. Cuando los disparos derribaron la puerta de su domicilio se asom¨® y pregunt¨®: ?Son ustedes polic¨ªas?" Le tranquiliz¨® la contestaci¨®n afirmativa de unos hombres vestidos de campa?a con metralletas y pistolas. El helic¨®ptero iluminaba intermitentemente las ventanas de la casa.

La vecina de enfrente relataba ayer la azarosa madrugada asegurando que cuando se hizo el silencio la polic¨ªa dijo: "Se tiren todos al suelo", utilizando una frase que recordaba un 23 de febrero pasado.

Bendici¨®n papal

La casa de Sof¨ªa presentaba ayer un aspecto deplorable. Unas puertas de terciopelo color azul pavo real franqueaban las habitaciones desastradas. Su cama, coronada por una bendici¨®n de Pablo VI, ten¨ªa gotas de sangre sobre el sintasol del suelo. Sobre su mesilla, el libro Camina o revienta. Su t¨ªtulo de corte y confecci¨®n en la pared, las figuras de Lladr¨® en la librer¨ªa, un gran lienzo de un ciervo cazado por perros feroces, fotos de su boda, cristales, cerraduras estalladas, el frigor¨ªfico de su madre tiroteado. Todo revuelto.La casa no hab¨ªa estado as¨ª desde que hace 31 a?os la construy¨® el padre de familia, cuando se vinieron de un pueblo de Le¨®n. Bomberos y polic¨ªa, transmisor en mano, trataban de localizar, a instancias de dos concejales de Legan¨¦s, a un cristalero "lo m¨¢s r¨¢pido posible". El polic¨ªa apuntaba una larga lista de desperfectos, que a la tarde quedaron arreglados.

A media ma?ana la familia miraba el reloj y se quejaba de que en todo el d¨ªa no les hubieran llamado de Interior para disculparse. Era dif¨ªcil conectar con el domicilio, puesto que un pariente que acaba de terminar la carrera de Derecho consultaba la instrumentalizaci¨®n jur¨ªdica del caso. Poco despu¨¦s se estrope¨® el telef¨®no. A ¨²ltima hora de la tarde unos 250 vecinos abuchearon a la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor, cuando acudi¨® a visitar a los damnificados, informa Ana Rold¨¢n. La delegada permaneci¨® una hora con las familias y se comprometi¨® a resarcirles econ¨®micamente.

Por su parte, la familia propietaria del pub tambi¨¦n asaltado no quiso "ni confirmar ni desmentir" que miembros del comando Madrid hubieran podido visitar su local, dato que apuntaron medios policiales.