?El pico al podeeer!
JOAQUIN VIDAL, Los tres matadores -uno de ellos, matarife- torearon a placer otras tantas malvas, y lo que m¨¢s les plac¨ªa era meter el picooo. Al p¨²blico tambi¨¦n le plac¨ªa. Alguna protesta hubo, pero eran minor¨ªas, que nada pueden hacer en democracia cuando la mayor¨ªa absoluta se pronuncia. El p¨²blico tiene lo qu¨¦ quiere y lo que se merece, y lo que quiere y merece es el picooo, v¨¦anse votos. ?El pico al podeeer!
Ni?o de la Capea, Paco Ojeda, Espartaco, hac¨ªan m¨¦ritos para ganar el cetro del toreo, aprovechando que tampoco era preciso esforzarse demasiado -m¨¢s agota una partida de mus pero empataron a una oreja. De nuevo la democracia establec¨ªa el estado de la cuesti¨®n en sus justos t¨¦rminos. En democracia, si es en la patria de Sidney Franklin -maestro de la tauromaquia yanky-, unas veces gana Lincoln y otras Reagan; en nuestro solar, unas veces Su¨¢rez, otras Gonz¨¢lez. En el planeta de los toros, unas veces gana Belmonte y otras El Cordob¨¦s; unas veces el natural, otras el salto de la rana; unas veces el volapi¨¦, otras el bajonazo; unas veces toreros, otras pegapases. Que a usted le guste o no, en nada modifica la realidad. Si,no le gusta, se aguanta, se pasa a la oposici¨®n, y se pone a gritar: ipicooo!
Aguirre / Ni?o de la Capea, Ojeda, Espartaco
Toros de Aguirre Fern¨¢ndez Cobaleda (2?, sobrero), tres terciados y tres con trap¨ªo, inv¨¢lidos, boyantes.Ni?o de la Capea: estocada trasera (oreja con algunas protestas); pinchazo, media atravesada, rueda de peones y descabello (palmas y tambi¨¦n pitos cuando saluda). Paco Ojeda: bajonazo descarado (oreja); pinchazo, media descaradamente baja y dos descabellos (divisi¨®n y saluda). Espartaco: estocada corta ca¨ªda recibiendo (oreja); estocada corta descaradamente baja (silencio). Plaza de Las Ventas, 26 de mayo. 14? corrida de feria.
Los tres primeros ejemplares, chicos, redonditos y tiernos, eran arrope. ?Eso se avisa, hombre! No puede ser que el Ni?o de la Capea haya de estar un rato d¨¢ndole vueltas de un lado a otro al -suyo creyendo que es cordilla, y sea a las tantas cuando se entera de su dulzor. Para la pr¨®xima es necesario modificar el rito de la lidia. Cuando vayan a servir arrope, el ganadero Gabriel Aguirre (o quien corresponda, en cada caso) cruzar¨¢ el redondel con la solemne apostura que corresponde a su dignidad y, llegado al centro geom¨¦trico, juntar¨¢ los mocasines, har¨¢ bocina con la mano y anunciar¨¢ con aguda voz: ?El mielerooo!
Ojeda y Espartaco, a quienes -se les estuvo haciendo la boca agua durante la experiencia del Ni?o de la Capea, zamparon golosos su arrope sin desaprovechar ni el tostado caldillo que de suyo rezuma. Ojeda tore¨® su redondito tierno mejor por la derecha que por la izquierda, sin construcci¨®n de faena ni cargaz¨®n de la suerte, pero lig¨® dos tandas de redondos como hay que ligar, bien asentad¨¢s las zapatillas en la arena. Con mucho picooo, que es lo bueno. Espartaco pas¨® al suyo sin acoplamiento, hasta que lo cit¨® de frente al natural, templ¨® el viaje, remat¨® limpio y suave. Con mucho picooo, que es lo bueno.
Ante el tierno redondito primero, Ni?o de la Capea afan¨® busqueda de terrenos mediante ¨¢gil perneo, entre tandas cuaj¨® ayudados del m¨¢s sabroso clasicismo, peg¨® derechazos a mansalva. Con mucho picooo, que es lo bueno. En su siguiente aparici¨®n le sali¨® el ¨²nico toro serio de la jornada electoral, bien puestas astas, picante embestida, y no se fi¨¦ de su casta. Al percibir que el derechazo no lo tomaba sin probar antes, cit¨® al natural, y le respondi¨® el toro con tan furiosa embestida, que a¨²n se est¨¢ arrepintiendo.
Ojeda utiliz¨® la nobleza del quinto para hacer el par¨®n, los enga?os atr¨¢s, la pierna contraria atr¨¢s, la concepci¨®n del toreo atr¨¢s (donde usted se est¨¢ temiendo) y el picooo, ese s¨ª, delante, bien delante. Acab¨® acuchill¨¢ndole por la badana bajera, igual que al segundo, visto que ayer los sartenazos val¨ªan orejas. Estaba el sol arriba cuando Espartaco empez¨® a porfiarle pases al ¨²ltimo toro, y cuando termin¨® era el ocaso.
Todos los toros se ca¨ªan, ninguno soport¨® varas y en los tendidos no hab¨ªa protestas, qu¨¦ sorpresa. Le hab¨ªan hecho a Las Ventas una transfusi¨®n de p¨²blico, y pues las transfusiones producen alteraciones org¨¢nicas, la afici¨®n del tendido siete se qued¨® muda. Afortunadamente Las Ventas no perdi¨® su naturaleza robusta en la transfusi¨®n, porque intervinieron oportunamente los aficionados del ocho, esos s¨ª que son cl¨¢sicos, para protestar invalideces, decirle chistes al presidente cambia-tercios, reclamar toreo y denunciar "?picooo!".
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