Silla del espectador
A la conclusi¨®n de la cumbre Peagan-Gorbachov, los norteamericanos se afanaron en informar de los resultados a sus aliados europeos, al Reino Unido y a Jap¨®n en tres misiones diferentes y simult¨¢neas. El mundo comunista qued¨® a cargo del Kremlin, y el Tercer Mundo, marginado. El Tercer Mundo, dej¨® de interesar a quienes ejercen el poder, a quienes encuentran en la econom¨ªa un constante regocijo; nada se les dice a los marginales, y ¨¦stos nada preguntan.Es posible que la reducci¨®n de las inversiones militares en las grandes potencias implique una mayor disponibilidad de capitales para el Tercer Mundo. Pero es poco probable que tengan ese destino. Estados Unidos necesita aliviar su impresionante d¨¦ficit presupuestario y restituir fondos que Reagan sustrajo de los servicios sociales, de los pensionados, de hospitales, de las escuelas. La econom¨ªa sovi¨¦tica, por su lado, es un descalabro.
El ¨²nico momento en que el Tercer Mundo apareci¨® en la cumbre ocurri¨® durante una breve alocuci¨®n de Gorbachov instando a su antes contrincante y ahora colega sobre los pa¨ªses endeudados, pero como la palabra endeudados reemplaz¨® a Tercer Mundo podr¨ªa parecer que Gorbachov piensa m¨¢s en Polonia, Hungr¨ªa, Ruman¨ªa que en Argentina, M¨¦xico o Brasil.
Reconforta sentirse asegurado, gracias al acercamiento Washington-Mosc¨², en cuanto a la supervivencia de la humanidad, entidad a la cual se pertenece por miserable que uno sea. Pero es dif¨ªcil desprenderse de las tensiones que crea la imposibilidad de alcanzar las maravillas que se ven en el mundo desarrollado. La televisi¨®n no miente, aunque uno descrea de Dallas y Dinast¨ªa. Los capitales que circulan son inaccesibles, los mercados se cierran. Antes de llegar al fin de este siglo -apenas 12 a?os m¨¢s- ya casi no habr¨¢ compradores para las exportaciones de materias primas, especialmente de alimen1 os, principales sostenes de las precarias econom¨ªas del Tercer Mundo. A excepci¨®n quiz¨¢ del petr¨®leo y de la droga... perd¨®n, primero la droga, despu¨¦s el petr¨®leo.
La din¨¢mica est¨¢ en otro lado. Las cosas se mueven r¨¢pido, pero en ¨®rbitas a las cuales no tiene acceso el Tercer Mundo. Seg¨²n la Nikkei International de Tokio, la primera firma en la exportaci¨®n de computadoras de Jap¨®n es la norteamericana IBM, y el 18% de los automotores japoneses que se venden en EE UU son fabricados... en EE UU. Los mercados de consumo est¨¢n en el mundo desarrollado, y las nuevas fuentes de trabajo aparecen en el mundo desarrollado.
Cuando se reflexiona sobre estas estad¨ªsticas, podr¨ªa parecer que, una vez m¨¢s, nada muestra mayor agilidad entre los marginales que la religi¨®n. En Am¨¦rica Latina, cada hora del d¨ªa, 400 cat¨®licos se convierten al cristianismo evang¨¦lico.
Es cierto, la religi¨®n es una esperanza, un cambio de rito dinamiza la esperanza. Pero lo que no aparece en esa gran regi¨®n del Tercer Mundo que es Am¨¦rica Latina son expectativas. Los hombres del presumible pr¨®ximo presidente, Michael Dukakis, que se ocupan de Am¨¦rica Latina, en especial Stephen Solarz, han avanzado una pol¨ªtica de apoyo a las democracias y de compromiso a la no injerencia en asuntos internos. Magn¨ªfico. Pero ni siquiera un progresista amigo del Tercer Mundo como Solarz habla de invertir capitales y adquirir productos.
M¨¢s a¨²n, el otro part¨ªcipe en la cumbre est¨¢ organizando su retirada del Tercer Mundo, en especial de Am¨¦rica Latina. Lenta y suavemente, como un enorme barco cuando cambia de rumbo, coment¨® The Financial Times.
Gorbachov no puede imponer una reconversi¨®n de la estancada y decr¨¦pita econom¨ªa sovi¨¦tica, con los sacrificios que por varios a?os significar¨¢ para la poblaci¨®n sovi¨¦tica:, y al mismo tiempo destinar enormes sumas a la ayuda directa o a la financiaci¨®n del d¨¦ficit en el comercio con Am¨¦rica Latina. La Uni¨®n Sovi¨¦tica preferir¨¢ un mayor caudal de ventas a Am¨¦rica Latina para equilibrar su balanza comercial, pero los pa¨ªses del continente no tienen recursos para comprar. Imposibilitado de lograr ese equilibrio, Gorbachov tendr¨¢ que cortar las importaciones, en especial de Argentina, y reducir la ayuda, en especial a Cuba.
La idea es que Gorbachov aparezca en alg¨²n momento por Am¨¦rica Latina, hacia el fin de este a?o, pero es un viaje dif¨ªcil de implementar si una nueva cumbre tiene lugar antes de las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Por ahora, los cubanos insisten en que la primera tierra del Nuevo Mundo que debe tocar el jefe sovi¨¦tico ha de ser la m¨¢s hermosa isla del Caribe, el mismo marco geogr¨¢fico que vio llegar a Crist¨®bal Col¨®n. Pero, aun si as¨ª fuera, Fidel Castro sabe a qu¨¦ viene Gorbachov: a discutir temas econ¨®micos. Dif¨ªcilmente le impresionar¨¢ el romanticismo de Sierra Maestra o la promesa de nuevas revoluciones comunistas u originales Vietnam en el
continente.
Los brasile?os no ignoran que Gorbachov est¨¢ al d¨ªa con las cifras. En 1987, Brasil vendi¨® a la URSS por 520 millones de d¨®lares y compr¨® productos sovi¨¦ticos por 83 millones.
Comprar por 1.500 millones de d¨®lares y vender por 100 millones en el curso de un a?o, como lleg¨® a ocurrir con Argentina, es algo imposible de repetir en una econom¨ªa de perestroika.
Lo que ocurre con Am¨¦rica Latina se repite en Asia, en ?frica y en Europa oriental.
Al analizar la nueva relaci¨®n Washington-Mosc¨², dos ex secretarios de Estado, Henry Kissinger y Cyrus Vance, subrayaron las prioridades de Estados Unidos. Revelaron que la participaci¨®n de su pa¨ªs en la econom¨ªa mundial ser¨¢ pronto la mitad de lo que fue hace 40 a?os, y que la relaci¨®n privilegiada es con Jap¨®n, Europa occidental y los nuevos pa¨ªses industrializados, como Corea del Sur, Taiwan, Singapur. El Tercer Mundo no aparece. Pero la URSS s¨ª, y ¨¦sa es la gran novedad econ¨®mica. Los bancos alemanes ofrecen cr¨¦ditos que Mosc¨² toma en menores cantidades que las ofrecidas, mucho menores, porque Gorbachov est¨¢ dispuesto a financiar el desarrollo, no el consumo. Pero esos cr¨¦ditos no ir¨¢n al Tercer Mundo, al menos por ahora. La consecuencia de la cumbre, en el campo econ¨®mico, son los ofrecimientos dirigidos a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no al Tercer Mundo. ?Quedar¨¢ algo disponible? El hecho es que s¨®lo dos proyectos, uno de la Combustion Engineering y otro de la Occidental Petroleum significan una inversi¨®n de 20.000 millones de d¨®lares para plantas petroqu¨ªmicas en Siberia.
?Qu¨¦ queda para el Tercer Mundo? Un rumor persistente, cuyos alcances ideol¨®gicos y humanitarios son m¨¢s f¨¢ciles de delinear que la magnitud de sus objetivos concretos, ha recorrido estos d¨ªas el Tercer Mundo. Se trata de Fran?ois Mitterrand. Los medios diplom¨¢ticos aseguran que el artista, como lo designa el diario Lib¨¦ration, espera culminar su vida haciendo ingresar a Francia en el siglo XXI como una gran potencia, y convirtiendo a Europa occidental en el factor de protecci¨®n y desarrollo del Tercer Mundo.
?Un eje Europa-Tercer Mundo? ?Europa tomando a su cargo las colonias que se liberaron en los ¨²ltimos siglos? ?Europa en busca de un pulm¨®n para superar el posible abrazo asfixiante del eje Washington-Mosc¨², al que seguramente se incorporar¨¢ Tokio? Por ahora, s¨®lo interrogantes. Pero las alegr¨ªas de la cumbre moscovita no es m¨¢s que una sonrisa difusa en el Tercer Mundo.
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