Ante el primer congreso estatal de artistas pl¨¢sticos
Enrique Cavestany, pintor, dibujante y miembro de la junta directiva de la Asociaci¨®n de Artistas Pl¨¢sticos de Madrid, expone en este art¨ªculo los principales problemas que afectan a este colectivo ante la proximidad del primer congreso estatal, que tendr¨¢ lugar en Madrid los d¨ªas 17, 18 y 19 de junio.
Uno de los muchos t¨®picos que pesan sobre los artistas pl¨¢sticos hace referencia a su incapacidad asociativa, a su escepticismo hacia cualquier forma de actuaci¨®n colectiva y a su ancestral individualismo. No obstante esta actitud, mantenida por quienes construyen su diferencia con materiales de elite, los artistas espa?oles contempor¨¢neos han mostrado desde la posguerra una notable capacidad para constituirse en grupos, escuelas y tendencias con discursos ideol¨®gicos muy diferenciados a pesar de las dif¨ªciles condiciones existentes entonces, cuando la situaci¨®n era mala para la mayor¨ªa de los artistas y las libertades de reuni¨®n y de expresi¨®n estaban cortadas.A partir de 1960, con un desolador panorama en donde escasean los concursos nacionales, el mercado es casi inexistente y las posibilidades de sobrevivir est¨¢n al alcance de unos pocos, los artistas comienzan a sentir la necesidad de asociarse en defensa propia. En Madrid los artistas pl¨¢sticos hicieron sus primeras reuniones en 1967, manteniendo una actividad profesional y reivindicativa en los ¨²ltimos a?os de la dictadura. Las asociaciones o federaciones de Asturias, Murcia, Andaluc¨ªa, Cantabria, Arag¨®n, Catalu?a, Orense, Castilla y Le¨®n y Baleares contin¨²an desarrollando su actividad hasta 1980, cuando todas ellas sufren crisis que han ido superando con distinta suerte seg¨²n las posibilidades econ¨®micas y los tipos de apoyo a los que han ido teniendo acceso. Las asociaciones de artistas son una realidad en nuestro entorno geogr¨¢fico europeo, y la Asociaci¨®n Internacional de Artistas Pl¨¢sticos de la Unesco (AIAP) nos reconoce como Comit¨¦ para Espa?a, despu¨¦s de asistir una representaci¨®n de nuestras asociaciones en 1970 a una reuni¨®n celebrada en Belgrado. Los problemas y reivindicaciones son sustancialmente iguales a los nuestros; sus logros profesionales y la elaboraci¨®n de alternativas para conseguir mejoras que faciliten su trabajo y su vida nos estimulan en nuestro trabajo.
Actitud elitista
Pero la actitud elitista frente a cualquier proyecto asociativo no es la ¨²nica que distorsiona la correcta visi¨®n de los colectivos de artistas, en cuyo interior anida una cierta tendencia al victimismo, en donde la reivindicaci¨®n se convierte en queja permanente y la acci¨®n se diluye en un interminable memorial de agravios que presentar a no se sabe qu¨¦ oscuro organismo estatal.
Ser¨ªa injusto achacar todos nuestros problemas a los t¨®picos o a los agravios que han sido reales no pocas veces. La Asociaci¨®n de Artistas Pl¨¢sticos (Asap) no est¨¢ especialmente agradecida a ninguna instancia gubernamental, municipal ni auton¨®mica por los apoyos recibidos. Se ha visto excluida de centros de decisi¨®n o mesas de discusi¨®n, cuando estaban en juego intereses profesionales mayoritarios, ante el prestigio o la mayor capacidad de audiencia de particulares, cuyo ¨¦xito en el mercado no los hac¨ªa especialmente capaces de satisfacer reivindicaciones colectivas. Estas instancias oficiales han actuado una vez m¨¢s corno empresa, teniendo en cuenta opciones inmediatamente rentables en las urnas y descuidando el apoyo a la creaci¨®n de infraestructuras sin las cuales las asociaciones de artistas no pueden sobrevivir.
Frente a estas actitudes que lastran el proyecto colectivo, las asociaciones de artistas deben hacer imprescindible su presencia en los distintos ¨¢mbitos en los que se desarrolla su actividad. En primer lugar en la ense?anza, fomentando la creatividad frente a casi todo tipo de pedagog¨ªas, en la legislaci¨®n, reivindicando derechos de autor, propiedad intelectual y, en definitiva, pleno reconocimiento como trabajador.
Con toda su peculiaridad a cuestas, el trabajo del artista debe buscar espacios y talleres individuales y colectivos, organizar formas de trabajo cooperativas y asalariadas, buscando acceder a todo tipo de ayudas o subvenciones p¨²blicas o privadas. Ante todas las formas de difusi¨®n de las artes pl¨¢sticas, los artistas deben hacer notar su presencia en concursos y cert¨¢menes, propiciando la sustituci¨®n de premios por adquisici¨®n de obras, cambiando los jurados bur¨®cratas por artistas y procurando que se preste atenci¨®n a todos, sin las habituales discriminaciones.
?stas y algunas otras han sido las propuestas y conclusiones del primer congreso que los artistas pl¨¢sticos de Madrid organizamos el pasado a?o con el apoyo de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y el C¨ªrculo de Bellas Artes. Un a?o despu¨¦s vamos a reunirnos en el primer congreso estatal, que tendr¨¢ lugar en el Centro de Arte Reina Sof¨ªa los d¨ªas 17, 18 y 19 de junio.
En este intermedio, la Asociaci¨®n de Artistas Pl¨¢sticos de Madrid, a trav¨¦s de una nueva junta directiva, est¨¢ elaborando un programa de actuaci¨®n con unos objetivos muy concretos:
-La propuesta de creaci¨®n de un centro museo de artes pl¨¢sticas vivo y experimental y que sea sede tambi¨¦n del Museo ?tinerante de la Comunidad.
-Un proyecto de artes pl¨¢sticas para Madrid Capital Cultural Europea 1992.
-Una muestra peri¨®dica de artes pl¨¢sticas, que se realizar¨¢ en lugares y entornos m¨²ltiples de la Comunidad de Madrid. Y un proyecto especialmente importante para nosotros: la creaci¨®n de talleres y espacios para artistas, necesidad que se est¨¢ evidenciando como de primer orden en una ciudad corno la nuestra, en donde resultan un bien escaso y mal repartido. Ser¨ªan unos centros vivos de trabajo y creaci¨®n individual y colectiva y dar¨ªan al traste con caducas actitudes personalistas utilizando espacios y edificios hasta el momento desaprovechados.
La Asap de Madrid espera en este congreso de las autoridades municipales, auton¨®micas y gubernamentales y de los artistas el apoyo y la disposici¨®n necesaria para que estos objetivos no sean una vez m¨¢s inter¨¦s y dedicaci¨®n de un peque?o grupo, sino punto de partida para la acci¨®n coordinada y eficaz de todos.
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