Todo el complejo militar-industrial de EE UU, bajo sospecha de corrupci¨®n
El esc¨¢ndalo de los sobornos en el Pent¨¢gono puede extenderse al Congreso e implica directamente a la primera empresa de defensa del pa¨ªs, la McDonnell Douglas, fabricante de los aviones F-18 adquiridos por Espa?a. La investigaci¨®n sit¨²a bajo sospecha a todo el complejo militar-industrial norteamericano, contra cuyo excesivo poder ya advirti¨® hace 30 a?os el presidente Eisenhower. La Administraci¨®n de Reagan trata de minimizar el caso y promete ir hasta el fondo de la corrupci¨®n.
El jefe del Pent¨¢gono, Frank Carlucci, afirma que se trata s¨®lo de "algunas manzanas podridas", y el ministro de Justicia, Edwin Meese, dice que la investigaci¨®n del FBI "reivindica" los esfuerzos del Gobierno por atajar el fraude en los contratos de armamento.Pero la impresi¨®n generalizada es que el asunto confirma lo que era un secreto a voces: el sistema de adjudicaci¨®n de estos contratos est¨¢ corrompido, y la promesa de "acabar con el fraude, el abuso y el despilfarro del Gobierno", con la que lleg¨® Reagan hace ocho a?os al poder, es s¨®lo una declaraci¨®n ret¨®rica. "Es el caso m¨¢s serio de fraude de la historia del Departamento de Defensa. Decenas y decenas de contratistas y, literalmente, centenares y centenares de personas est¨¢n siendo citados judicialmente", dijo ayer el senador John Warner, republicano y ex secretario de la Marina.
El ministro de Justicia ha asegurado que en un plazo de 30 a 90 d¨ªas habr¨¢ procesamientos. Tres oficinas de congresistas relacionados con la vigilancia del presupuesto del Pent¨¢gono est¨¢n siendo investigadas. Una de ellas es la del representante dem¨®crata por Florida Bill Chappell, inform¨® ayer Los Angeles Times. Los fiscales cuentan con 4.800 conversaciones grabadas en secreto a presuntos implicados durante 290 horas. De ellas, 671 pueden ser incriminatorias para diferentes sospechosos.
La gran redada del pasado martes en todo el pa¨ªs que explot¨® el caso -registros judiciales en decenas de empresas, oficinas del Pent¨¢gono y domicilios particulares- fue realizada por sorpresa por temor a que los implicados destruyeran pruebas de la corrupci¨®n. El FBI actu¨® as¨ª porque en uno de los tel¨¦fonos pinchados hab¨ªa escuchado que algunos sospechosos estaban al tanto de la investigaci¨®n, que alcanza tanto a civiles como a militares.
Los anunciados procesamientos, en plena campa?a por la Casa Blanca, prometen un verano y un oto?o calientes en una ciudad en la que nadie est¨¢ libre del esc¨¢ndalo. El presidente del Congreso, y principal l¨ªder del Partido Dem¨®crata, Jim Wright, est¨¢ siendo investigado por presuntas faltas ¨¦ticas, y un juez especial est¨¢ a punto de concluir su informe sobre el ministro de Justicia e ¨ªntimo amigo de Reagan, Edwin Meese.
Secreto
El secreto mantenido hasta el ¨²ltimo momento -ni siquiera el presidente y los ministros de Justicia y Defensa hab¨ªan sido informados- fue defendido ayer por el senador Warner como algo "inteligente, porque nunca sabes qui¨¦n va a caer en esta red". El caso afecta directamente a uno de los pilares de la presidencia de Reagan: el rearme de los ej¨¦rcitos norteamericanos. Ya hace dos a?os, una comisi¨®n nombrada por el presidente hab¨ªa advertido que "investigaciones ampliamente difundidas y procesamientos de importantes contratistas han creado la impresi¨®n de ?legalidad extendida, provocando la desconfianza popular en la integridad de la industria de defensa".El informe conclu¨ªa que "nada merece mayor atenci¨®n que la cada vez m¨¢s preocupante relaci¨®n entre la industria de defensa y el Gobierno". "Lo que va a salir a la luz ahora", dijo ayer el senador republicano Charles Grassey, un conocido cr¨ªtico del sistema de contrataci¨®n militar, "ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de la imaginaci¨®n m¨¢s calenturienta".
El ¨²nico documento judicial de la investigaci¨®n conocido establece que Melvyn Paisley, ex secretario adjunto de la Marina, ahora consultor privado, pero que hab¨ªa conseguido mantener a la vez un contrato de asesoramiento con el Pent¨¢gono, supuestamente pas¨® informaci¨®n confidencial a la McDonnell Douglas para ayudarle a vender sus F-18A a Suiza, Corea del Sur y Francia.
Paisley el hombre de confianza del secretario de Marina, John Lehman, un duro a quien Bush pensaba nombrar ministro de Defensa si es elegido, tambi¨¦n ofreci¨® a la McDonnell informaci¨®n reservada sobre el programa del nuevo avi¨®n t¨¢ctico para la Marina, un contrato de 35.000 millones de d¨®lares (cuatro billones de pesetas), que consigui¨® junto con General Dynamics.
Los fiscales, que cuentan con miles de documentos y conversaciones telef¨®nicas, intentan probar delitos de soborno, conspiraci¨®n, robo de propiedad gubernamental y violaci¨®n de las leyes que regulan los conflictos de intereses.
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