Caball¨¦ suprime un fragmento en la inauguraci¨®n
Montserrat Caball¨¦ decidi¨® ayer suprimir buena parte del programa en el que ten¨ªa previsto intervenir junto al director de orquesta finland¨¦s Esa-Pekka Salonen, al frente de la Orquesta Filarmon¨ªa de Londres, debido a diferencias irreconciliables con el director. As¨ª comenz¨®, con gran brillantez y esta nota conflictiva, la 37? edici¨®n del Festival de Granada, primera que dirige Mari Carmen Palma. Toda Granada esperaba con expectaci¨®n el primer programa de la Orquesta Filarmon¨ªa de Londres junto con Montserrat Caball¨¦.
Las anunciadas versiones de la muerte de Isolda -de Wagner- y de la escena final de Salom¨¦, de Strauss, constitu¨ªan el mayor aliciente de la noche. [Al parecer, informa Efe, durante el ensayo de la ma?ana se produjeron diferencias irreconciliables entre la di va. y el director sobre la interpretaci¨®n de La muerte de amor de Trist¨¢n e Isolda, y la soprano decidi¨® suprimirla del programa. La diva s¨®lo permaneci¨® quince minutos en escena -s¨®lo cant¨® la Salom¨¦ de Richard Strauss- cinco de ellos en un bis. Caball¨¦ remiti¨® las explicaciones a una nota que ha de difundir hoy la direcci¨®n del festival.]El anillo renacentista del Carlos V aparec¨ªa abarrotado de p¨²blico y el ambiente era el de los grandes acontecimientos. Pero momentos antes de iniciarse el concierto se comunic¨® a la audiencia la mala nueva: por razones t¨¦cnicas, ajenas a la solista y a la orquesta, se suprim¨ªa el fragmento de Trist¨¢n e Isolda. El p¨²blico, con raz¨®n, reaccion¨®, si no violentamente, s¨ª con fuerza suficiente como para dejar clara su protesta por el hecho y la enigm¨¢tica explicaci¨®n: se acudi¨®, una vez m¨¢s, al subterfugio de las "dificultades t¨¦cnicas".
La actuaci¨®n de la orquesta londinense se inici¨® entonces en medio de un clima tenso, conflictivo y decepcionado, que el gran director Esa-Pekka Salonen y la Filarmon¨ªa calmaron con una espl¨¦ndida versi¨®n de Juego de cartas, suite en tres bazas de Igor Stravinski. La precisi¨®n t¨¦cnica, el gesto claro, el impulso r¨ªtmico y la imaginaci¨®n pl¨¢stica del joven maestro (Helsinki, 1958) encontr¨® en los profesores londinenses una respuesta sumisa, detallista y de alto nivel profesional. Probablemente se ha escuchado en Granada la mejor versi¨®n imaginable del tr¨ªptico stravinskiano, a la que sigui¨®, en solitario, el preludio de Trist¨¢n e Isolda. Pekka Salonen lo entiende con preciosismo sonoro y minuciosa perfecci¨®n, pero acaso despojado de ese misterio a?adido que cualifica la creaci¨®n wagneriana. La versi¨®n, excelentemente realizada, nos record¨® el Wagner casi radiogr¨¢fico, por puro anal¨ªtico, de Pierre Boulez.
'Iberia'
Para las im¨¢genes sugerentes de la Iberia de Debussy, director y orquesta encontraron la deslumbrante riqueza pl¨¢stica y gestual, la necesaria claridad en los conjuntos y en los detalles, el adecuado manejo de la paleta colorista, pero, puestos a exigir cuanto es exigible a una formaci¨®n sinf¨®nica y un director verdaderamente excepcionales, se quebr¨® un tanto la idea po¨¦tica, la distancia evocativa desde la que Claudio de Francia so?¨® su Espa?a, con m¨¢s verdad en el esp¨ªritu que autenticidad en la letra, como ya se?al¨® Manuel de Falla.
Y al fin, Montserrat Caball¨¦ protagoniz¨® una de sus m¨¢s egregias creaciones: la Salom¨¦ de Strauss en su escena final, la m¨¢s tr¨¢gica y descarnada de la ¨®pera compuesta por el maestro muniqu¨¦s sobre el texto de Oscar Wilde.
La voz y el arte de Caball¨¦, su extraordinaria inteligencia, capaces del m¨¢s alto dominio t¨¦cnico y expresivo, encarnaron una vez m¨¢s los pentagramas de Strauss con tal riqueza de recursos, tal profundizaci¨®n en la psicolog¨ªa del personaje, que desde la escena conclusiva nos pareci¨® revivir la obra entera, modelo de tratamiento vocal e instrumental, fascinante explosi¨®n de realismo m¨¢gico. Esa-Pekka Salonen fue, al frente de la Filarmon¨ªa, un magistral coprotagonista.
El ¨¦xito de Montserrat Caball¨¦, Salonen y la Filarmon¨ªa fue apabullante. Poner al canto de nuestra fabulosa diva una coda sinf¨®nica como la que logr¨® Pekka Salonen es resaltar y magnificar la labor creativa de la cantante. El patio de Carlos V se torn¨® en un hervidero entusiasta; no cesaban los aplausos ni se acallaban los bravos hasta que, despu¨¦s de muchas salidas a escena se ofreci¨® un bis de parte de la escena de Salom¨¦.
Termin¨® la inauguraci¨®n del festival con la m¨¢s espl¨¦ndida brillantez ante cuyos resultados la mayor¨ªa de los asistentes olvidaron el malestar provocado por la suspensi¨®n.
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