Otra transici¨®n

La clase dirigente portuguesa atraviesa una segunda etapa de transici¨®n, a juzgar por la imagen que ofreci¨® el Partido Social Dem¨®crata (PSD), en el poder, en su congreso.Si la edad media de los m¨¢s de 3.000 delegados era de 40 a?os, el peso, preponderante, de los que tienen entre 30 y 60 (la generaci¨®n del 25 de abril de 1974) no debe ocultar la llegada a la escena pol¨ªtica de la generaci¨®n posrevolucionaria: un 25%. (varios ministros de Cavaco Silva rondan la treintena).

Para un partido que conoci¨® a lo largo de su historia bruscos cambios de rumbo y de pol¨ªticas de alianzas, su composici¨®n intema sirve para sacar deducciones importantes: el 25% de los delegados procedentes del per¨ªodo de construcci¨®n del entonces PPD representa el sector hist¨®rico, cuyas figuras m¨¢s importantes, con algunas excepciones -tambi¨¦n representadas en el Gobierno por ministros como Eurico de Mello, Antonio Capucho o Antonio Barreto-, est¨¢n hoy alejadas o silenciosas; un 29% de los delegados se adhiri¨® al PSD en la fase de la conquista del poder por la coalici¨®n de centro-derecha (Alianza Democr¨¢tica con el CDS), y un 21% despu¨¦s de la inversi¨®n de alianza, de la experiencia del bloque central con Mario Soares y los socialistas. Finalmente, el 21% que se afili¨® al PSD a partir de 1983 no conoci¨® otro l¨ªder que Cavaco Silva y otra estrategia que la conquista de? poder a solas.