Operaci¨®n boxeo
ALGUNOS INDICIOS permiten sospechar que se est¨¢ preparando una operaci¨®n para recuperar el espect¨¢culo del boxeo. Desde una entrada en la opini¨®n p¨²blica por la v¨ªa regia de la televisi¨®n -que la pasada madrugada, a las tres, ofreci¨® en directo el combate por el t¨ªtulo mundial de los pesos pesados entre Mike Tyson y Michael Spinks- hasta la creaci¨®n de grupos de apoyo a un joven peso medio hasta ahora imbatido, se busca el renacimiento de esta dram¨¢tica especialidad que, afortunadamente, se hab¨ªa dado por casi desaparecida en Espa?a en los ¨²ltimos a?os.No es nueva la concentraci¨®n de esfuerzos en torno a una figura, real o artificial, que permite unas es peranzas de brillo mundial. Ya pas¨® con Urtain y con Perico Fern¨¢ndez, olvidados hoy en el abandono y hasta en la pobreza, primeras v¨ªctimas de los que fueron sus admiradores. La idea de que el objetivo de esta iniciativa es la creaci¨®n de una cantera o de un c¨ªrculo de emulaci¨®n para los j¨®venes de los guetos urbanos es aberrante. Se asegura que el deporte pue de ser una de las armas contra la droga, lo cual es en gran parte ilusorio, porque los mecanismos de la miseria y la droga van por otra parte y porque en el deporte altamente comercializado hay otro de los nidos de droga, como es el doping. Pero, en cualquier caso, no hay que haber visto muchas pel¨ªculas del cine negro para saber que el boxeo est¨¢ lejos de la higiene deportiva. Sin ir m¨¢s all¨¢, el a?o pasado fue apu?alado el presidente de la Federaci¨®n Catalana de Boxeo, que pretend¨ªa potenciar los combates de aficionados en detrimento de los profesionales: le mand¨® matar el promotor Tejada, organizador de las veladas de La Paloma, hoy huido en Brasil, y su hijo y los matones a sueldo fueron detenidos.
El boxeo sigue siendo una barbarie organizada, una exaltaci¨®n de la violencia de hombre a hombre y una cantera inversa: la producci¨®n de lesiones de por vida, de figuras destruidas, en una magnitud que ning¨²n otro deporte conoce. Su resurrecci¨®n puede ser una ingenuidad pol¨ªtica. Pero ni aun como ingenuidad tiene disculpa. Y mucho menos la tiene que una corporaci¨®n p¨²blica como TVE se dedique, con altos costes y a horas absurdas, a potenciar esa barbarie.
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