Tradici¨®n y modernidad

Un p¨²blico no demasiado numeroso acudi¨® a las dos noches africanas programadas por Los Veranos de la Villa. Cierto es que ni el mal tiempo de estos ¨²ltimos d¨ªas invitaba a presenciar espect¨¢culos al aire libre ni el cartel ofrec¨ªa el atractivo de reunir a figuras consagradas en el mundo entero.Aunque ya se ha comentado en otras ocasiones, nunca est¨¢ de m¨¢s recordar que en ?frica coexisten la m¨²sica tradicional, que hunde sus ra¨ªces en el ¨¢mbito rural, y la llamada m¨²sica moderna, producto inequ¨ªvoco de las grandes urbes. Esta ¨²ltima es la que irrumpe ahora con fuerza en el mercado occidental, debido, en parte, a que ha sabido incorporar a su propuesta algunos de los logros de la tecnolog¨ªa actual.

Puede sorprender, a aquellos acostumbrados a la parafernalia electr¨®nica de tantos grupos de pop, la austeridad de medios con los que se present¨® la cantante Kandia Kouyate. Mientras Toumani Diabate con la kora, especie de arpa-la¨²d, y Boureima Kouyate con el balafon, primitivo xil¨®fono de madera, iban creando un delicado fondo sonoro, la voz fuerte y clara de Kandia tej¨ªa largas historias. Una m¨²sica de enorme frescura que consigue establecer un clima hipn¨®tico. Cuando la vocalista se retir¨®, tuvo lugar un fascinante di¨¢logo entre los dos virtuosos.

En coro

Los Mbuye aparecieron cantando y bailando en coro. Cubiertos de pieles y plumas, con el rostro pintado, los seis integrantes de la agrupaci¨®n agitaban como posesos sonajeros y sonajas, obteniendo un sonido similar al que producir¨ªan decenas de cencerros. El baile, por momentos fren¨¦tico, parec¨ªa tener connotaciones m¨¢gicas. Y uno lament¨® no comprender su simbolog¨ªa, desconocer los entresijos de semejante rito.

El grupo zaire?o Elima sustituy¨® al guineano Fode Youla, anunciado en un principio. Con sus esforzados percusionistas lleg¨® la fiesta de los tambores, lo mismo golpeados con los dedos o la palma de la mano que con baquetas. Fue una peque?a muestra de la impresionante polirritmia africana.

Para el final de ambos d¨ªas llegaron las formaciones m¨¢s modernas. La Kintweni National es una t¨ªpica orquesta de baile de Kinshasa que basa su m¨²sica en el poder¨ªo r¨ªtmico de guitarras y percusiones. Ya en la d¨¦cada de los sesenta, bajo el influjo de la m¨²sica afro-cubana, los congole?os comenzaron a consolidar un estila en el que brillaban con luz propia las guitarras. Hoy, la m¨²sica moderna de Congo y de Zaire, tambi¨¦n conocida como soukouss, es muy popular en toda ?frica.

Si la Kintweni National no despert¨® grandes pasiones, la Roha Band, de Addis Abeba, en cambio, confirm¨® las expectativas y tuvimos la oportunidad de asistir a una animosa sesi¨®n de euskeusta, baile que consiste en mover los hombros como si se tuviesen escalofr¨ªos. Los dos cantantes de la banda, Mahmoud Ahmed y Neway Debebe, de marcadas tendencias arabizantes, se alternaron en los sucesivos temas, interpretando algunos al alim¨®n.

En el bis de la Roha Band particip¨® Kandia Kouyate. Con ella se cerraba el c¨ªrculo. Sin duda, buen colof¨®n.