Espa?a consigui¨® ante Grecia una victoria calculada
![Luis G¨®mez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2ce46456-ac54-4700-96db-0b8f394a4fda.jpg?auth=77002eb2305650451646ff522b8a51b014f7c806758a28329fafa3c3944a40f6&width=100&height=100&smart=true)
ENVIADO ESPECIALEspa?a se encuentra ahora obligada a practicar un dif¨ªcil juego de probabilidades. Puede encomendarse al destino y confiar en que Grecia supere a Italia por al menos 15 tantos de ventaja o bien puede recurrir a los valores eternos y plantar aguerrida batalla contra el rival yugoslavo. Cualquiera de las dos opciones sirve para recuperar el camino a Se¨²l, aunque la papeleta se antoja ciertamente her¨®ica o afortunada. Para mayor abundamiento de supuestos resulta que el partido de hoy frente a la URSS es casi intrascendente. Ganar a los sovi¨¦ticos no nos exime de vencer a los yugoslavos.
Sin embargo, ayer Espa?a demostr¨® su superioridad ante el equipo griego. Lo hizo de forma manifiesta, aunque la diferencia en el marcador no fuera generosa, porque no ten¨ªa que serlo y porque el conjunto rival abund¨® en un partido mediocre. Galis, el coraz¨®n de este equipo, es un hombre entristecido de un tiempo a este parte y su debilidad moral termina calando entre sus colegas. Grecia result¨® un enemigo c¨®modo porque perdi¨®, adem¨¢s de a su l¨ªder carism¨¢tico, el deseo de combate que le acompa?aba en sus ¨²ltimas intervenciones. Sin fiereza, sin agresividad, Grecia perdi¨® toda oportunidad. Y alguna ten¨ªa, porque Espa?a se empe?¨® en hacer un partido demasiado fr¨ªo y pudo haberse encontrado con alg¨²n imprevisto.
La tristeza de Gallis
Lo mejor que hizo al selecci¨®n fue, desde luego, conservar la calma cuando, en los minutos iniciales tanto Giannakis como Galis parec¨ªan complementarse. Con una desventaja de hasta nueve tantos (12-21), la selecci¨®n no perdi¨® su esquema de juego, muy trabajador, muy laborioso, ciertamente artesanal, tanto el defensa como en ataque. Result¨® fundamental para ello un primer tiempo perfecto de Antonio Mart¨ªn (18 tantos, 100% de aciertos, 5 rebotes, dos asistencias), algunas intervenciones de Biriukov y el reposado an¨¢lisis de la situaci¨®n que emplea Margall de un tiempo a esta parte. Adem¨¢s, D¨ªaz Miguel estuvo especial mente activo desde el banquillo cambiando adecuadamente jugadores en la l¨ªnea exterior. Con estos datos ten¨ªa que haber bastado, pero un par de filigranas deshicieron parte del trabajo justo al borde del des canso (50-46).
Lo que sucedi¨® despu¨¦s, sin embargo, no sirvi¨® para cambiar el panorama. La selecci¨®n espa?ola decidi¨® trabajando despacio, y la griega termin¨® resquebraj¨¢ndose. La sensaci¨®n de fatiga que evidenci¨® el pivot Fasoulas, que circulaba de un lado a otro caminando, result¨® tranquilizadora y la tristeza de Galis, bien sujetado por Soloz¨¢bal, no desapareci¨®. El remate lleg¨® cuando el racial Giannakis termin¨® por perder el temple y acabar jugando en pleno ataque de nervios (6 de 6 en la primera parte y 3 de 10 en la segunda).
En esas circunstancias, Espa?a prefiri¨® continuar en una actitud conservadora, con Soloz¨¢bal descontando segundos en cada ataque, Margall dando consejo y Biriukov disfruntando de una titularidad que a estas alturas casi parece indiscutible. Bien estuvo que eso fuera as¨ª porque el partido termin¨® siendo una obra armoniosa, serena, aunque no del todo relajante para el espectador. Fue corno un partido de sal¨®n, lento y poco emotivo, adorando con un porcentaje alt¨ªtisimo (72% en el tiro fuera de la zona). Y esta frialdad tuvo una curiosa explicaci¨®n, porque, con el partido ya resuelto, a falta de menos de un minuto, D¨ªaz Miguel solicit¨® un extra?o tiempo muerto. Ah¨ª reunidos, jugadores y t¨¦cnicos, examinaron una tabla y llegaron a la conclusi¨®n de que lo mejor era no ganar a Grecia por demasiada diferencia, para que ¨¦sta conserve la motivaci¨®n suficiente para intentar una victoria ante Italia. Porque si Espa?a ganaba por m¨¢s 10 tantos, obligaba a los griegos a derrotar a los italianos por m¨¢s de 20, circunstancia pr¨¢cticamente ut¨®pica.
Fue, por consiguiente, una actuaci¨®n limpia, artesanal hasta un extremo desconocido, extra?o preludio de la borrascosa batalla que debe esperar ante los yugoslavos. Salvo que, claro est¨¢, D¨ªaz Miguel, demuestre estar aliado con el destino. En ese caso, bien est¨¢ saber que Espa?a cuenta con otro t¨¦cnico incorporado al reducido club de quienes dicen que les adorna una flor en s¨¢lvese la parte. Pero a este punto o a la tal flor nada cabe objetar. Seul es lo ¨²nico importante.
Los resultados del resto de los partidos jugados ayer fueron los siguientes: Francia, 90; Alemania Occidental, 96. Uni¨®n Sovi¨¦tica, 123; Gran Breta?a, 83; e Italia, 80; Yugoslvia, 84.
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