Pur¨ªsima Sara
Se?ora de mundo, Mar¨ªa Antonia Abad Fern¨¢ndez, nombrada Sara Montiel desde Locura de amor (1948). Se?ora placeada: cuando dice Ernesto es Hemingway, cuando habla de Felipe es Le¨®n, cuando cita a Marlon es el Brando con el que desayunaba a diario en Hollywood en compa?¨ªa de su primer marido, el director Anthony Mann. ?Qui¨¦n torea a esta se?ora que ha hecho de la vida una maravillosa, infinita, dolorosa quiz¨¢, trenza de cosas? El ¨²ltimo cupl¨¦, La violetera, 53 elep¨¦s, millones de discos, 56 pel¨ªculas, espect¨¢culos, Sarit¨ªsima, Super-Sara show, hasta hoy mismo con el disco Pur¨ªsimo Sara, as¨ª bautizado "porque dicen mis promotores que soy fresca, pura, aut¨¦ntica".
Pregunta. ?Y usted qu¨¦ dice de s¨ª misma?
Respuesta. Que soy muy honesta, sincera y tengo mucho genio.
P. Eso del genio, ?qu¨¦?
R. Sin ser dictadora, puedo conseguir lo que me propongo en lo m¨ªo.
P. Seg¨²n los 10 mandamientos, ?su primer pecado mortal?
R. Mortal, no, pero grande: a los siete a?os rob¨¦ una cunita con un ni?o dentro. Nunca volv¨ª a robar. Pecar, si.
P. ?Qu¨¦ ha contado m¨¢s en su vida, los hombres o su arte?
R. Mi arte.
P. ?Qu¨¦ es el arte?
R. En lo m¨ªo consiste en que la gente sienta como verdadero lo que hago, que es ficticio.
P. ?A cu¨¢ntos hombres ha emocionado, ha tocado con la mano?
R. De verdad, cuatro o cinco. De mentira, muchos.
P. ?Ha amado siempre por amor o por otras razones?
R. En el momento en que me gustaba un hombre y estaba con ¨¦l, lo amaba.
P. Una mujer tan vivida, ?qu¨¦ desea hoy?
R. Salud para mis hijos, para mi gente, y paz en el mundo, porque estamos muy locos.
P. ?Qu¨¦ libro lee actualmente?
R. Las conversaciones de Cela. Camilo me parece maravilloso, est¨¢ como fuera de esta bola que es el mundo, es un extraterrestre.
P. El puro que fuma despu¨¦s de comer, ?es er¨®tico?
R. Algo de sexual hay, porque me gusta saborearlo.
P. ?Llegar¨ªa a la cirug¨ªa est¨¦tica de necesitarlo?
R. Sin inconveniente alguno. Si una chica tiene ojos de vaca y quiere achinarlos, ?por qu¨¦ no?
P. ?Qu¨¦ le parece el Ministerio de Hacienda?
R. Ya a Cervantes, recaudador, lo apedreaban. El ministerio hace lo que debe, pero nos estruja mucho, ahoga
P. Usted, mujer viajada, ?comparte el dicho "como en Espa?a, ni hablar?
R. Bueno...
P. ?Recuerdos franquistas?
R. March¨¦ a M¨¦xico en 1950 y todo es borroso. Regres¨¦ en 1956, y como vest¨ªa pantalones, me tiraban piedras y tuve que quitarlos. ?Qu¨¦ atraso! No se pod¨ªa hablar de Lorca, Miguel Hern¨¢ndez, de nada.
P. ?Deben dimitir ministros?
R. Si cometen muchos errores, s¨ª.
P. ?De qu¨¦ les hablar¨ªa a los estudiantes hoy?
R. En una universidad no entro yo; es un milagro si leo y escribo.
P. ?Hubiera estrangulado a alg¨²n penodista?
R. Eso no, pero sacarle los ojos, s¨ª, porque me hizo algo muy grave que no puedo decir.
P. ?C¨®mo la aprecian en la calle?
R. De jovencilla me dec¨ªan burradas; de mujer, cosas y burradas muy bonitas; ahora, mucha simpat¨ªa.
P. ?Por qu¨¦ se separ¨¦ de su primer marido?
R. Porque me llevaba 29 a?os de edad y estaba de vuelta de todo. Quedamos amigu¨ªsimos.
P. Sin embargo, usted ahora no es tan joven y...
R. Lo m¨ªo es anormal, ?no?
P. ?El recuerdo m¨¢s maravilloso de su vida?
R. Sentarme en las rodillas de mi padre y encenderle el cigarrillo. ?l me llamaba princesa.
P. ?Cu¨¢nta ternura!
R. No soy violenta, soy m¨¢s bien dulce, cari?osa, afectiva, no calculadora, no fr¨ªa. Morir¨¦ as¨ª.
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