Petulancia
Pasado poco m¨¢s de un mes desde el estreno de El vientre de un arquitecto, llega ahora a nuestras pantallas A zed and two noughtsZoo, que es igualmente presuntuosa, fr¨ªa, distante, morosa y excesiva en su transcurso, mientras a¨²n permanece in¨¦dita su ¨²ltima pel¨ªcula, Drawing by numbers, que en la pasada edici¨®n de Cannes recibi¨® el premio a la mejor contribuci¨®n art¨ªstica.En esta ocasi¨®n el cineasta que sorprendi¨® con El contrato del dibujante, se muestra fiel a sus obsesiones por la arquitectura y la pintura como soportes pl¨¢sticos, pero en un sentido bien distinto al que, respectivamente, desarrollaron, por ejemplo, Lang y Renoir.
En Zoo, donde tambi¨¦n cont¨® con la fotograria preciosista de Sacha Vierny -colaborador de Resnais-, elemento important¨ªsimo en su est¨¦tica, supeditada a los planos generales y a la simetr¨ªa: "La simetr¨ªa es lo m¨¢s importante", declara en determinado momento uno de los protagonistas.
A zed and two noughts (Zoo)
DIrecci¨®n: Peter Greenaway. Gui¨®n: Greenaway y W. Donohue. Fotograf¨ªa: S. Vierny. M¨²sica: M. Nyman. ReinoUnido-Holanda, 1985. Int¨¦rpretes: Brian Deacon, Eric Deacon, Andrea Ferreol. Cine Renoir (V. O).
Su discurso sobre la vida y la muerte -entre ambas, la podredumbre- est¨¢ rodeado de guiflos culturales en los que est¨¢n presentes la mitolog¨ªa, la historia de las especies y el alfabeto griego, entre otros elementos, como apoyo a un argumento enmascarado en un bosque de referencias, cuyo formalismo y reiteraci¨®n, al igual que la presencia de cierta iron¨ªa intelectualizada, se evidencian petulantes.
Los mensajes est¨¦ticos est¨¢n desequilibrados y Greenaway, una vez m¨¢s, se inclina hacia el exceso de formalismo. A Greenaway no se le puede negar ingenio y personalidad, aunque se muestre m¨¢s cercano al pasatiempo intelectual que al dominio del lenguaje cinematogr¨¢fico, pudiendo calificarse su cine de arte y ensayo, en cuanto incluye al arte en sus proyectos y ensaya un discurso filmico experimental, pero sin hacer avanzar el arte del -cine y sin sobrepasar ese ensayo de lecturas que conducen a otras lecturas con machacona petulancia.
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