Defensa de Greenpeace

Dado que, aun siendo miembros, no podemos ni queremos representar legalmente a la organizaci¨®n ecologista Greenpeace, los abajo firmantes queremos replicar, a nivel de opiniones muy personales y asumidas por todos nosotros, al escrito del se?or Norris publicado en ese peri¨®dico con fecha 5-7-88. Haciendo uso de un lenguaje demag¨®gico que predispone a suponer cu¨¢l es su nacionalidad, este caballero se permite criticar las acciones que Greenpeace lleva a cabo en el puerto y la ciudad de Palma.Como argumentos irrebatibles, el se?or Norris apela a los ingresos tur¨ªsticos que proporcionan las constantes visitas de la VI Flota estadounildense y, erigi¨¦ndose en vidente y Nostradamus casero, osa indicarnos "qui¨¦nes son nuestros potenciales enemigos", olvidando, como otra mucha gente, el resultado de cierto refer¨¦ndum celebrado en el Estado espa?ol que prohib¨ªa unas acciones que s¨®lo las piruetas ling¨¹¨ªsticas y el verbo f¨¢cil del Gobierno espa?ol permiten se sigan realizando. Greenpeace protesta, por principios propios, contra algo que asumimos la mayor¨ªa de espa?oles no deb¨ªa realizarse.

Al se?or Norris le interesar¨¢ saber que los fondos de Greenpeace provienen de sus socioscolaboradores que por un m¨ªnimo de 2.000 pesetas / a?o pueden tener la satisfacci¨®n de hacer algo sano y limpio por este planeta.

El derecho de cr¨ªtica lo tenemos todos los que habitamos en el Estado espa?ol y no es necesario que nadie nos lo d¨¦, como seguramente nadie se lo ha dado a usted para criticar a Greenpeace. El Ej¨¦rcito espa?ol se merece esas cr¨ªticas por sus lamentables "batallitas" en Cabrera que, si hemos de creer al se?or Serra acabar¨¢n pronto.

Como extranjeros residentes en este pa¨ªs, lamentamos que se preocupe usted m¨¢s de defender los aspectos militares que los puramente ecol¨®gicos de fauna y flora. ?Parece usted un conquistador!- y cuatro firmas m¨¢s. .