Antoine Vitez presenta una par¨¢bola sobre los intelectuales y el totalitarismo
Al margen de los cerca de 400 espect¨¢culos que diariamente se ofrecen en el festival, sumados el in y el off, Avi?¨®n es escenario de todo tipo de debates. Debates en torno a la pol¨ªtica cultural, como el que cada a?o organiza L' Humanit¨¦, el peri¨®dico del partido comunista; sobre los autores en el teatro europeo del siglo XX, suscitado por Le Monde, o sobre la perestroika cultural o, si ustedes prefieren, sobre los enfants terribles de Gorbachov, promovido por el diario belga La Croix. Am¨¦n, claro est¨¢, de las innumerables conferencias de prensa en las que la cr¨ªtica internacional discute los espect¨¢culos con sus protagonistas, y de los coloquios abiertos al p¨²blico, en los que ¨¦ste interpela a int¨¦rpretes y directores sobre tal o cual estreno. Tambi¨¦n Antoine Vitez se ha sumado al debate con un montaje que es una par¨¢bola sobre los intelectuales y el totalitarismo.
No es de extra?ar que Vitez, flamante director de la Com¨¦die Fran?aise, haya escogido un debate ap¨®crifo entre la intelligentsia teatral europea, reunida en Mosc¨² en 1935 en tomo al gran actor chino Me? Lan Fang, para estrenarlo este a?o en Avi?¨®n. Este debate ap¨®crifo -ya que no tuvo lugar, pero todo cuanto en ¨¦l se dice fue rigurosamente dicho o escrito por cada uno de los personajes que participan- es obra del profesor y escritor sueco Lars Kleberg, especialista en literatura sovi¨¦tica, y forma parte de un tr¨ªptico que aparecer¨¢ en Suecia, si no ha aparecido ya, en el curso de este a?o, bajo el t¨ªtulo de Estrellas fugaces.En la primera parte de este tr¨ªptico, Kleberg presenta el posible di¨¢logo que mantuvieron Brecht y Eisenstein durante su encuentro de 1932 -encuentro que efectivamente tuvo lugar- en un tren que hac¨ªa el trayecto Berl¨ªn-Mosc¨². La segunda parte, titulada Los aprendices de brujo, es la que re¨²ne a la intelligentsia teatral europea en un acto de homenaje a Me? Lan Fang (1894-1961), figura se?era de la ¨®pera de Pekin, especializado en papeles femeninos, una especie de onagata chino. La tercera y ¨²ltima parte la constituye otro di¨¢logo entre Eisenstein y el fil¨®sofo Mijail Baktin en el planetario de Mosc¨², en 1940, en la ¨¦poca del pacto germano- sovi¨¦tico, cuando Eisenstein realizaba el montaje de La Walkiria de Wagner y Baktin sosten¨ªa, en vano, su tesis doctoral sobre Rabelais, posteriormente famosa.
Extranjer¨ªa
Los protagonistas de Los aprendices de brujo, reunidos en torno a Mei Lan Fang, que no dice ni p¨ªo, son: Bertolt Brecht, Gordon Craig, Eisenstein, Platon Kerjentsev (el hombre de Stalin, partidario de los espect¨¢culos revolucionarios de masas), Meyerhold, Nemirovich-Danchenko, Erwin Piscator, Alf Sj?berg, Stanislavski, Tairov y Tretiakov. La flor y nata del teatro europeo, con la excepci¨®n de Max Reinhardt.El supuesto debate que presenta Lars Kleberg, publicado en el n¨²mero 18 de La Lettre Int¨¦rnationale, va m¨¢s all¨¢ de la discusi¨®n sobre las excelencias del teatro chino y del ajuste de cuentas, de una ferocidad manifiesta, entre los partidarios de las distintas tendencias que dominaban el teatro sovi¨¦tico en aquellos a?os. En realidad, se trata de una par¨¢bola sobre la situaci¨®n de los intelectuales en general. Los intelectuales del teatro europeo se pelean entre s¨ª sin percatarse de un peligro infinitamente m¨¢s grande que el que pueda representar el naturalismo o el simbolismo y que se cierne sobre ellos. Discuten, se pelean, ciegos y sordos -relativamente ciegos y relativamente sordos, todo sea dicho- frente al totalitarismo, bien sea hitleriano o estaliniano, que se les viene encima.
Algunos de estos aprendices de brujo -un t¨ªtulo harto expresivo- pagar¨¢n muy cara su ceguera. En 1940, tal como ha sido revelado recientemente en una publicaci¨®n sovi¨¦tica, Meyerhold es fusilado, dos a?os despu¨¦s de que fuese clausurado su teatro y tres despu¨¦s de que Platon Kerjentsev publicase en Pravda un art¨ªculo titulado Un teatro extranjero, en el que acusaba a la obra y a la persona de Meyerhold de extranjer¨ªa, de traici¨®n a la doctrina del realismo socialista. Poco despu¨¦s del asesinato de Meyerhold, el estalinista Kerjentsev, ca¨ªdo en desgracia, corr¨ªa una suerte pareja.
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