El Ej¨¦rcito, una inc¨®gnita en el futuro de la Rep¨²blica Isl¨¢mica
La aceptaci¨®n iran¨ª de la resoluci¨®n 598 de la ONU caus¨® frustraci¨®n entre miembros de las fuerzas militares regulares e irregulares de Ir¨¢n. Ocho a?os de guerra, un mill¨®n de muertos o mutilados, 400.000 millones de d¨®lares en p¨¦rdidas materiales y un plazo de al menos 27 a?os para recuperar el nivel econ¨®mico de Ir¨¢n en 1980, a cambio de ninguna ventaja tangible, explicaban el malestar.Atr¨¢s qued¨® la destrucci¨®n total por bombas o misiles iraqu¨ªes de 51 ciudades fronterizas, 3.091 pueblos y 118.000 edificios o comercios de Ir¨¢n, seg¨²n fuentes de Teher¨¢n. Las tropas de la Rep¨²blica Isl¨¢mica expulsaron a las iraqu¨ªes de su territorio en la primavera de 1982 y ocuparon una parte del de Irak a partir de entonces. All¨ª han sido con frecuencia blanco de armas qu¨ªmicas. Miles de combatientes iran¨ªes murieron electrocutados en los vericuetos de las marismas de Chat el Arab, electrificadas con alto voltaj por Irak.
Sepah Pasdar¨¢n (la guardia revolucionaria) posee 250.000 hombres en armas, altamente motivados por la ideolog¨ªa shi¨ª, con artiller¨ªa, carros de combate y aviaci¨®n propios. M¨¢s de 10.000 religiosos nutren sus filas como comisarios pol¨ªticos. Sus l¨ªderes son Mohsen Rezai y el ministro Mohsen Rafiqdust. S¨®lo tiene tres rangos: comandante, comisario pol¨ªtico y combatiente, que cumplen funciones de guardianes de la ortodoxia y polic¨ªa en las retaguardias. Posee un ej¨¦rcito adjunto, el Basij Mostazafin, formado por decenas de miles de adolescentes y ancianos que componen las tropas auxiliares.
El Ej¨¦rcito, la Marina y la Aviaci¨®n regulares han cumplido una funci¨®n menos intensa durante la guerra. Mermado su generalato por la purga antimon¨¢rquica posrevolucionaria de 1979, por la secesi¨®n de simpatizantes de Masud Rayavi tras la guerra civil larvada de 1981 y 1982 y por la persecuci¨®n anticomunista que llev¨® a 118 altos oficiales a la c¨¢rcel o ante los piquetes de ejecuci¨®n -como el jefe de la Marina, Bahram Afzali, en 1983-, un pu?ado de coroneles (Abdulqasem Zahirnejad, Valiollah Falahi o Sayed Shirazi) han simbolizado la adhesi¨®n del Ej¨¦rcito al r¨¦gimen isl¨¢mico.
S¨®lo mes y medio antes de anunciarse la disposicion iran¨ª para la paz, el hoyatoleslam Al¨ª Akbar Hachemi Raflanyani era nombrado por Jomeini, a instancias del presidente Al¨ª Jamenei, jefe militar supremo de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Su misi¨®n era la de unificar en un solo Ej¨¦rcito las fuerzas regulares e irregulares.
La incertidumbre sobre la respuesta militar iran¨ª a la paz se prolong¨® hasta el 21 de julio. Fue entonces cuando Mohsen Reza?, comandante en jefe de Sepali Pasdar¨¢n, mostr¨® por Radio Teher¨¢n su aceptaci¨®n del proceso de paz. Subray¨® que no tolerar¨ªa que "los contrarrevolucionarios la utilicen como un instrumento para atacar al r¨¦gimen", destac¨® que "Ir¨¢n se ha convertido en una gran potencia" y record¨® que la Guardia Revolucionaria "est¨¢ para preservar el orden p¨²blico". De esta forma, Reza? amenazaba a los desafectos con sacar a la calle a los Guardianes de la Revoluci¨®n, una revoluci¨®n que la guerra, el bloqueo exterior y tambi¨¦n los errores de Teher¨¢n han reducido a su m¨ªnima expresi¨®n.
Los l¨ªderes de Teher¨¢n no descartan la posibilidad de que el r¨¦gimen isl¨¢mico se venga abajo. Para impedirlo cuentan con los guardianes revolucionarios. Pero depositar sobre Sepah Pasdar¨¢n la defensa exterior e interior del r¨¦gimen, adem¨¢s de la ortodoxia ideol¨®gica y la polic¨ªa, confiere a este grupo una autonom¨ªa pol¨ªtica inquietante. El riesgo principal es que de sus filas surja un Napole¨®n termidoriano. Todo son inc¨®gnitas. Por todo ello, la jefatura militar suprema de Hachemi Rafsanyani puede esconder el deseo de Jomeini de truncar tal eventualidad. A no ser que sea Rafsanyani el futuro Napole¨®n iran¨ª.
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