Triste, aburrido lamento
Los personajes son todos Medea: distintos, contradictorios fragmentos de Medea. Pero son tambi¨¦n supervivientes de la destrucci¨®n nuclear de la tierra. El escenario es un destrozo donde sobre la arena est¨¢n, informes, los residuos de la t¨¦cnica cuya afinaci¨®n produjo la cat¨¢strofe: la humanidad es autosuicida Los supervivientes se cuentan la historia de Medea y son, ellos mismos, Medea fragmentada. Y todo ello sucede en idioma griego; una voz de fuera nos proporciona las claves en castellano, o las peque?as pistas para orientarnos algo. .Heinrich M¨¹ller es un autor enigm¨¢tico, m¨¢s bien nihilista Su enigma procede, sobre todo, de que su teatro es, generalmente, una propuesta esc¨¦nica para su desarrollo por dramaturgos y directores.
Medeamaterial
Autor: Henier M¨¹ller, traducida del alem¨¢n al griego por Eleni Paropoulo. Int¨¦rpretes: Sophia Michopouli, Evi Sophroniadou, Skellariou, Dimitris Stakaras, Giorgios Simeonides. Escenograf¨ªa: Georgeos Patsas. Dramaturgia: Nikos Nornikos. Direcci¨®n: Theodoros Terzopoulos. Los Veranos de la Villa. Cuartel del Conde Duque. 21 de julio.
En Madrid se han visto dos versiones de su Hamletmachine, una por el grupo Espacio Cero, en enero de 1986; otra, por Bob Wilson, en octubre de 1987, y no hay ninguna relaci¨®n entre ellas, salvo la conservaci¨®n de ese pensamiento l¨²gubre del suicidio y la destrucci¨®n. Le cost¨® su puesto en la direcci¨®n del Partido Comunista de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, y un entredicho: el partido siempre es optimista mientras se hunde. Sigui¨® trabajando, sin embargo, en el Berliner Ensemble, y ha tenido un premio nacional de teatro en su pa¨ªs.
El hombre m¨¢quina
Su Medea, vista por el director de escena griego Theodoros Terzopoulos, con el dramaturgista Nikos Nomikos, conserva todo el h¨¢lito de la desesperaci¨®n relativamente contempor¨¢nea -hoy ya se hace poco teatro con materiales de la m¨ªstica del fin del mundo y de la autodestrucci¨®n- y una l¨ªnea de contacto con la tragedia griega: en el gesto, en el adem¨¢n de los actores, en el ulular; sostiene el mito en el esquema de la propuesta.Los personajes-Medea no son demasiado m¨®viles. La expresi¨®n corporal y la hablada son de buena escuela en estos actores: pero el automatismo, la reducci¨®n a maquinaria del hombre, no permite demasiado despliegue. Y puesto que el idioma es poco o nada comprensible para el espectador, y la distancia con la narraci¨®n original es tanta como para que no se pueda seguir la acci¨®n, se produce m¨¢s bien una pesadez que una pesadumbre.
Para muchos espectadores, los tres cuartos de hora que dur¨® la representaci¨®n resultaron excesivos, y hubo un goteo continuo hacia las salidas por aquellos que decidieron que no soportaban ni un instante m¨¢s. La gran mayor¨ªa que se qued¨® aplaudi¨® cort¨¦smente a todos por su esfuerzo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.