Un general sovi¨¦tico dice que el r¨¦gimen afgano es fruto de un golpe de Estado
El r¨¦gimen afgano, que no ha afianzado su control territorial en nueve a?os de guerra, es el producto de un golpe de Estado -y no de una revoluci¨®n- abocado a grandes dificultades, incluida una agudizaci¨®n del factor isl¨¢mico tras la retirada de las tropas sovi¨¦ticas. As¨ª lo ha manifestado el general Kim Tsagolov, consejero militar sovi¨¦tico en Afganist¨¢n, en una entrevista sin precedentes publicada por el semanario Ogoniok.
Tsagolov, que tiene cuatro condecoraciones, es doctor en Filosofia y director de la c¨¢tedra de Marxismo-Leninismo de la Academia Militar Frunze, de Mosc¨². "Estoy convencido de que el 27 de abril de 1978, en Afganist¨¢n sucedi¨® un golpe de Estado militar que ten¨ªa la posibilidad potencial de transformarse en una revoluci¨®n nacional democr¨¢tica; pero desgraciadamente esto no sucedi¨®", se?ala el general, que estuvo en Afganist¨¢n entre 1981 y' 1984 y de nuevo en 1987. Con estas palabras se refiere al golpe de Estado dado por un grupo de oficiales izquierdistas dirigidos por Taraki en la primavera de 1978. En diciembre de 1979, la URSS envi¨® sus tropas a Afganist¨¢n en defensa de aquel r¨¦gimen."Creo que durante cierto tiempo hay que esperar una activizaci¨®n del factor isl¨¢mico no s¨®lo en Afganist¨¢n, sino tambi¨¦n en todo el mundo musulm¨¢n", afirma Tsagolov. A la vanguardia, bien pueden estar los fundamentalistas isl¨¢micos". "No por mucho tiempo", precisa, "pues las exigencias del proceso socioecon¨®mico, acabar¨¢n imponi¨¦ndose".
Tsagolov considera que la pol¨ªtica de reconciliaci¨®n nacional emprendida por las autoridades de Kabul ha sido un fracaso, ya que ninguno de los l¨ªderes de la oposici¨®n -ni la Alianza de los Siete (con sede en Peshawar, Pakist¨¢n) ni la resistencia armada interna- ha respondido a los llamamientos del r¨¦gimen. "Casi no ha aumentado el territorio sobre el cual el poder estatal se ha establecido de forma s¨®lida y definitiva durante los a?os transcurridos".
El Partido Nacional Democr¨¢tico Afgano (PNDA) no supo, seg¨²n el general, adoptar una pol¨ªtica que inspirara confianza al Islam, e utiliz¨® un terror injustificado que s¨®lo logr¨® aumentar la popularidad de la oposici¨®n musulmana e identificar el PNDA como un partido de infieles.
Divisiones en el poder
Adem¨¢s, desde su escisi¨®n en dos fracciones (el Jalk y el Parcham) en 1967, el PNDA contin¨²a sin tener "un solo objetivo y una sola voluntad", divisiones internas que se han saldado con el "exterminio f¨ªsico de los adversarios pol¨ªticos, que los miembros del partido est¨¢n m¨¢s preocupados por los ajustes de cuentas que por la formaci¨®n de una amplia base social y no son conscientes de la situaci¨®n en que se encuentran".
Tsagolov es partidario de que la direcci¨®n afgana mantenga conversaciones para formar un r¨¦gimen de coalici¨®n con la oposici¨®n armada interna, "cansada de la guerra", y no con la Alianza de los Siete, para la cual "esta guerra es un buen negocio".
Preguntado sobre las posibilidades del r¨¦gimen de defenderse tras la retirada sovi¨¦tica, el general contesta que es dif¨ªcil responder "de forma simple", y explica que el estado y las posibilidades de las fuerzas armadas afganas dependen directamente del estado del partido. El general asegur¨® no tener seguridad sobre la capacidad de las fuerzas armadas afganas de defender el poder de los ataques de la oposici¨®n. "La direcci¨®n afgana, a mi parecer, no reflexiona suficiente sobre el peligro que amenaza al partido y al Estado desde dentro. "Si juzgamos al Ej¨¦rcito afgano por su estado actual, entonces no tengo seguridad", se?al¨®.
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