Un juicio que no resolvi¨® los interrogantes
Escobedo admiti¨® ante la polic¨ªa ser el autor del crimen y acus¨® luego al administrador
Rafael Escobedo Alday, Rafi, fue condenado en julio de 1983 a 53 a?os de c¨¢rcel por el doble asesinato de sus suegros, los marqueses de Urquijo. El JuIcio no esclareci¨® los interrogantes que se hab¨ªan planteado, y Escobedo, que se hab¨ªa declarado autor de los disparos ante la polic¨ªa, afirm¨® en la vista que fue presionado para confirmar sus anteriores palabras. En declaraciones posteriores a medios de comunicaci¨®n, Escobedo acus¨® de los asesinatos a Diego Mart¨ªnez Herrera, administrador de los fallecidos.El 1 de agosto de 1980, Manuel de la Sierra Torres y Mar¨ªa Lourdes Urquijo fueron asesinados mientras dorm¨ªan en su residencia de Somosaguas (Madrid). El crimen levant¨® un gran revuelo, debido a la condici¨®n de arist¨®cratas de las v¨ªctimas y la cuantiosa fortuna familiar.
Tras diversas investigaciones, el yerno de los marqueses, fue detenido el 8 de abril de 1981. En la finca que su padre tiene en Moncalvillo de Huete (Cuenca) se hab¨ªan encontrado unos casquillos, que parec¨ªan haber sido disparados con la misma pistola que se utiliz¨® para matar a los Urquijo. Escobedo confes¨® ante la polic¨ªa ser el autor de las muertes. Ese mismo d¨ªa Javier Anastasio, amigo de Rafi, y el administrador de los Urquijo, viajaron a Londres por separado.
La instrucci¨®n del caso sufri¨® diversos avatares. El sumario pas¨® por varios jueces hasta que se nombr¨® juez especial a Luis Rom¨¢n Puerta. Los cuatro casquillos del calibre 22 encontrados en las habitaciones de los fallecidos y los 265 hallados en la finca de Moncalvillo, que constitu¨ªan las pruebas de convicci¨®n, desaparecieron del juzgado.
El juicio estuvo rodeado de gran expectaci¨®n. La defensa utiliz¨® como argumento m¨¢s importante la prueba pericial bal¨ªstica. Sus peritos afirmaron que los casquillos no coincid¨ªan, mientras que la polic¨ªa sosten¨ªa lo contrario. La desaparici¨®n de tales casquillos impidi¨® verificar los respectivos informes.
Escobedo fue condenado, y su condena fue ratificada por el Tribunal Supremo y el Constitucional. En 1985, fue trasladado desde Carabanchel al penal del Dueso. Al poco tiempo, y tras la detenci¨®n de Mauricio L¨®pez-Roberts y Javier Anastasio, amigos de Rafi, las sospechas recayeron sobre el administrador, al que Escobedo ha acusado reiteradamente de ser el autor material del crimen.
L¨®pez-Roberts explic¨® c¨®mo el inspector Cayetano Cordero hab¨ªa roto los folios de su primera declaraci¨®n policial. En ella L¨®pez-Roberts contaba que Escobedo le hab¨ªa confesado que la noche del crimen siete personas, entre ellas el administrador, hab¨ªan acudido al domicilio de los marqueses. La actuaci¨®n de Mart¨ªnez Herrera despert¨® nuevos interrogantes, pero, a pesar de las sospechas, nunca fue procesado.
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