Comedia ambiciosa y frustrada
Nagisa Oshima, uno de los hombres adelantados de la vanguardia -formal y pol¨ªtica- del cine japon¨¦s de los a?os sesenta, salt¨® a la nombrad¨ªa en Occidente con El imperio de los sentidos, dur¨ªsima y excelente pel¨ªcula que le convirti¨® en una estrella mundial de la direcci¨®n.Serge Silberman, productor franc¨¦s con sentido de] riesgo, lo contrat¨® para realizar -y sorprender a propios y extra?os- una comedia de las llamadas duras, o al menos ins¨®litas: una extravagancia de esas que solo osan emprender los cineastas capaces de romper los esquemas en que el p¨²blico les atrapa.
Oshima, en efecto, logra en Max, mi amor romper esos esquemas, pero no pasa de ah¨ª. La dureza de la comedia tiene alg¨²n que otro toque bu?ueliano, en el que posiblemente tienen que ver tanto el guionista Carriere como el productor Silberman, colaboradores de Bu?uel en su ¨²ltima etapa francesa.
Max, mi amor
Direcci¨®n: Nagisa Oshirna. Gui¨®n: Jean-Claude Carriere y Oshima. Fotograf¨ªa: R. Coutard. Producci¨®n: Serge Silberman. Francia-Estados Unidos, 1986. Int¨¦rpretes: Charlotte Rampling, Anthony Higgins, Victoria Abril, Pierre Etaix. Estreno: Pompeya y (en v. /o. subtitulada) Infantas.
Pero Oshima tiene poco que ver con Bu?uel: su facilidad para el sarcasmo sigue otros caminos y ese supuesto toque bu?ueliano resulta en su pel¨ªcula un rizo cultista y poco convincente. Oshima se ha metido en corral ajeno y no sabe qu¨¦ hacer dentro de ¨¦l. Y un cineasta de pulso seguro, vacila y tartamudea: no hace creible el bastidor argumental de su pel¨ªcula y esta falta de credibilidad destruye el tono de comedia loca que busca el filme.
Estos trueques desorientan al espectador, que no sabe a qu¨¦ atenerse con lo que la pantalla sugiere y no acaba enteramente de representar.
Da la impresi¨®n de que Nagisa Oshima ha jugado a gastar una broma y no lo ha logrado como a su manera lograron Ferreri y Bu?uel. Y la pel¨ªcula aburre, al no hacer veros¨ªmil el disparate, al no hacer veraz la mentira del juego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.