Corrida del arte menor

Resulta inc¨®modo ir contra corriente. Los paisanos de Paula vibraban de entusiasmo mientras Rafael compon¨ªa la figura a cabeza pasada, daba un muletazo aqu¨ª y otro acull¨¢, casi siempre fuera de cacho, o con la muleta tropezada. Es cierto que algunos pases aislados ten¨ªan plasticidad, pero eso no basta para llamarle toreo, ni menos corresponde al t¨ªtulo de la corrida de ayer: Del arte del toreo. Vamos a dejarlo en arte menor. Menor, igual que fue la asistencia del p¨²blico al coso jerezano. Mucho entusiasmo por Paula, pero luego no van a verle. Con muy buena voluntad podemos registrar media entrada. Sin embargo no cabe duda que de los fieles paulistas que hay en Jerez, el domingo estaban los m¨¢s fervorosos. Tore¨® a la ver¨®nica a sus dos toros por el lado derecho. Por el izquierdo, tampoco con la muleta consegu¨ªa estarse quieto. Fue su lado hosco.Su primer toro fue un manso que se vino abajo nada m¨¢s empezar la faena. No es Rafael, ni tiene por qu¨¦ serlo, torero de porf¨ªa, por lo que en vista de su mansedumbre, lo mat¨® enseguida, de estocada corta ca¨ªda. Su cuarto, el que se fue sin orejas al desolladero, por nior de la magnanimidad de los fieles paulistas, bien interpretada por el us¨ªa, fue muy bravo, y tras pasarlo de muleta en la forma antedicha, lo mat¨® de una estocada muy ca¨ªda, que juicios m¨¢s severos calificar¨ªan de bajonazo.

Cepeda, lo mejor

Lo m¨¢s importante de la tarde lo hizo, precisamente, el ¨²nico diestro que no cort¨® orejas: Fernando Cepeda. Su primero era un toro prob¨®n, incierto, al que el sevillano aguant¨® lo indecible, y los escasos muletazos que le sac¨® fueron merit¨ªsimos, pues no era f¨¢cil someter la descompuesta embestida de su enemigo. El sexto fue todav¨ªa m¨¢s manso y quiz¨¢ Cepeda estuvo menos decidido.Las mejores ver¨®nicas de la tarde, obviamente por ambos lados y embraguet¨¢ndose, correspondieron a Fernando Cepeda. A su primer toro, lo mat¨® de una buena estocada, y al sexto lo atraves¨®.

El Ni?o de la Capea anduvo bullidor y poco m¨¢s. A la faena a su primero, sobre la mano derecha, le falt¨® sosiego y conseguir centrarse por el lado izquierdo. La munificencia del p¨²blico jerezano fue m¨¢s extremada todav¨ªa con la oreja a Capea que con las dos que solicit¨® para Paula. Su faena al segundo fue m¨¢s meritoria que la anterior, ya que el toro ten¨ªa m¨¢s que torear. Sin embargo, tras la exaltaci¨®n paulista del cuarto, la labor del salmantino pas¨® desaparecibida.