Rebeli¨®n de Falcone y los otros ocho jueces anti-Mafia
Giovanni Falcone, el m¨ªtico juez de Palermo empe?ado en la lucha contra la Mafia en Italia, ha pedido al Consejo Superior de la Magistratura, junto con los otros ocho magistrados sicilianos del llamado pool anti-Mafia, que se les traslade de su actual destino, en lo que se interpreta como un gesto de protesta por las trabas a su labor contra el crimen organizado. Estos magistrados, conocidos como los blindados vivientes (por las medidas de seguridad que se han tenido que tomar para evitar ser asesinados), han sido protagonistas en los ¨²ltimos a?os de una dura, dif¨ªcil y peligrosa lucha contra la Mafia. Su renuncia revela lo fundado de la decisi¨®n tomada hace unos d¨ªas por Francesco Cossiga, presidente de la Rep¨²blica, de interpelar al Consejo Superior de la Magistratura y a los ministros de Justicia e Interior acerca de lo que est¨¢ pasando en Sicilla.Todo empez¨® la semana pasada, cuando el fiscal jefe de Marsala, Paolo Borsellino, que apoy¨® siempre a los jueces palermitanos que llevaron el superproceso contra la Mafia, lanz¨® una grav¨ªsima amonestaci¨®n p¨²blica a las instituciones del Estado, a las que acus¨® de haber bajado la guardia en la lucha contra la Mafia en Sicilia, de haber pr¨¢cticamente liquidado el grupo de magistrados anti-Mafia mientras la Cosa Nostra se reorganizaba con fuerza.
La peticion oficial de Cossiga de informaci¨®n concreta puso en movimiento al Gobierno y al supremo ¨®rgano de la justicia, que retrasaron sus vacaciones. Tras los encuentros a puerta cerrada de Cossiga con los ministros de Justicia y del Interior, el Consejo Superior de la Magistratura convoc¨® uno por uno a los jueces de Sicilia para que testificaran ante el pleno de los superjueces, cuyo presidente es el jefe del Estado quien, sin embargo, no asisti¨® a dichos encuentros. Las declaraciones son secretas. A su t¨¦rmino, se ha sabido, por ejemplo, que el gran acusador, Borsellino, confirm¨® todas las acusaciones en un encuentro de cuatro horas con sus superiores.
El gran acusado es Antonino Meli, que hace meses fue nombrado jefe de los jueces de Palermo, pese a no tener experiencia en la lucha contra la Mafia y a que el candidato natural era Falcone. Mell insisti¨® en que las acusaciones de Borsellino son falsas y ha vuelto a acusar al grupo de jueces que encabeza Falcone de narcisismo y deseo de protagonismo.
Desacuerdo con Meli
Falcone, con una carta dur¨ªsima al Consejo Superior de la Magistratura, explic¨® el s¨¢bado su decisi¨®n de abandonar Sicilia y afirm¨® que le causaban "n¨¢useas" los continuos ataques a su persona y, a los jueces con los que tan sacrificadamente ha trabajado estos a?os, viviendo bajo un cerco de seguridad, sin vida familiar ni privada. Falcone afirmaba que est¨¢ en total desacuerdo con los m¨¦todos anti-Mafia de Meli. ?ste, al parecer, hab¨ªa empezado a encargar de procesos sin importancia a los magistrados que en los ¨²ltimos a?os se hab¨ªan especializado en la lucha contra el crimen organizado. Al mismo Falcone le puso sobre la mesa la investigaci¨®n de un atraco callejero, cuando dichos jueces est¨¢n empe?ados en el nuevo y delicado proceso sobre las implicaciones de los pol¨ªticos con la Mafia. Al mismo tiempo, algunos polic¨ªas y carabineros han denunciado el hecho de que no se les permita hacer ciertas investigaciones ni se les den los medios necesarios para seguir luchando contra la Mafia.
En su carta al Consejo Superior de la Magistratura, Falcone pide aplazar su declaraci¨®n en Roma y dice que prefiere hablar cuando ya no sea juez en Sicilla. Pero los superjueces obligaron a Falconi a presentarse en Roma, lo que hizo ayer por la ma?ana. El juez italiano m¨¢s conocido en el extranjero declar¨® ante el Consejo Superior ayer por la tarde, a puerta cerrada.
Un portavoz del alto ¨®rgano de la magistratura se limit¨® a decir que se pedir¨¢ "con gran sinceridad" a Falcone que se vuelva atr¨¢s de su decisi¨®n porque el Estado "no puede prescindir de su actividad en Sicilia". A la pregunta de si ello significaba que ser¨ªa retirado de Palermo el superior de Falcone, Meli, la manzana de la discordia, el portavoz respondi¨®: "Por ahora se trata de un conflicto. Esperemos que se pueda resolver sin que haya ni vencedores ni vencidos".
Mientras tanto, el diario Il Corriere della Sera, con un editorial sin firma, algo rar¨ªsimo en este peri¨®dico, ha denunciado el hecho de que los jueces y cuantos con el riesgo de la propia vida combat¨ªan a la Mafia hayan sentido a su alrededor el abandono del Estado". Y a?ade: "Lo entendi¨® bien el presidente Cossiga, hasta el punto de decidirse, tan lejano como est¨¢ de los modos espectaculares de Pertini, a llamar al orden p¨²blizamente al Consejo Superior de la Magistratura y al Gobierno". El importante diario milari¨¦s concluye con estas palabras llenas de amargura: "Norberto Bobbio dijo una vez que un pa¨ªs en el que domina la Mafia deber¨ªa tener la bandera a media hasta. Hoy es uno de esos d¨ªas".
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