Impresionante

Impresionante la respuesta del p¨²blico madrile?o en cada tema, en cada acorde de guitarra. Impresionante el lleno absolutamente inhumano del estadio Vicente Calder¨®n. E impresionante la monoton¨ªa entre cada uno de los conciertos europeos de Bruce Springsteen. Datos casi tan impresionantes como su poder¨ªo esc¨¦nico, como su fuerza interpretativa.Springsteen ha pasado, en apenas siete a?os, de ser el cronista de la Am¨¦rica dura y marginal, a ser el n¨²mero uno del rock comercial para todos los p¨²blicos. En 1980 edit¨® el elep¨¦ The River, la cumbre de su carrera, jugando desde entonces a ser Bruce Springsteen: el sonido de la joven Am¨¦rica, apoyado en grandes campa?as publicitarias y en un manager con una gran visi¨®n comercial llamado John Landau.

Springsteen ya no es el que era, ¨¦sto es evidente, pero sigue siendo el mejor. Antes lo era para los fans del rock and roll y ahora lo es para las masas, para un p¨²blico variado y poco exigente que se mueve igual al ritmo de Tw?st and shout que al de un drama del calibre de Spare parts...

Curiosamente Madrid ha sido el ¨²nico concierto de esta gira europea en el que unos aparatosos monitores de sonido invad¨ªan el escenario. El estadio Vicente Calder¨®n tambi¨¦n ha sido el ¨²nico local del viejo Continente donde no hab¨ªa un reservado especial para impedidos f¨ªsicos, quiz¨¢ por el abarrotamiento de la zona de prensa-vips repleta de familiares y amigos. Por lo dem¨¢s, un concierto calcado al del resto de su tour europeo, en el que Springsteen utiliz¨® los mismos t¨®picos que en cada pa¨ªs, pero pronunciando en un macarr¨®nico castellano.

A Springsteen cada d¨ªa le cuesta menos trabajo llenar estadios, pero cada vez deja m¨¢s huecos en los corazones de sus viejos fans.