Cuento pol¨ªtico

?rase una vez un ni?o, frase que aparece escrita en la pantalla tras los t¨ªtulos de cr¨¦dito, avisa al espectador. La pel¨ªcula ilustra en im¨¢genes un gui¨®n a modo de cuento contempor¨¢neo, cuyo desarrollo argumental se basa en la actitud de un joven de 12 a?os, una peque?a estrella de la liga juvenil de b¨¦isbol que decide abandonar su deporte favorito cuando toma conciencia de la amenaza nuclear, manifestando as¨ª su protesta. Su gesto, recogido por la Prensa, ser¨¢ secundado por los adultos, figuras de populares deportes y finalmente por los ni?os de todo el mundo, que inician un pacto de silencio.La f¨¢bula pol¨ªtica, enmarcada en la atm¨®sfera de desarme nuclear de los ¨²ltimos tiempos, da un paso m¨¢s con respecto a la pol¨ªtica actual en dicho campo: el desarme parcial no es suficiente. La acci¨®n del filme es ocasi¨®n para el deb¨² en la pantalla del astro del baloncesto Alex English y del joven Joshua Zuelilke y para el regreso del siempre convincente Gregory Peck, que da vida al presidente de Estados Unidos.

El realizador brit¨¢nico Mike Neweil, notable en Bailar con un extra?o, pel¨ªcula basada en un suceso real de crimen pasional, demuestra encontrarse tambi¨¦n a gusto en esta f¨¢bula de ficci¨®n. El clima de inquietud est¨¢ bien logrado desde el principio y capta el inter¨¦s del espectador, aunque el mensaje pacifista, seg¨²n comienza el desenlace del filme, se torna demasiado incre¨ªble, no dejando a su t¨¦rmino el buen recuerdo que hac¨ªa presumir su principio.

La utilizaci¨®n de la banda sonora, y en ella la m¨²sica de Elmer Bernstein, colaboran a la funcionalidad y precisi¨®n de sus m¨¢s emotivas secuencias.

A pesar de lamentar su final, aunque se trate de un cuento la par¨¢bola es demasiado pueril, La voz del silencio es un producto digno, y aunque no acabe de ser una buena pel¨ªcula, es interesante y personal, despierta simpat¨ªa y representa uno de los pocos estrenos estivales que se pueden visionar.