Centrar al novillo

Una de las ense?anzas fundamentales y comunes que reciben estos destacados alumnos, cada cual en su su respectiva escuela taurina, es la de centrar al novillo en la suerte como primera medida. Conseguido esto, los espadas podr¨¢n aplicar despu¨¦s sus conocimientos e intentar¨¢n realizar una lidia art¨ªstica y rutilante. De no ser as¨ª, a lo m¨¢ximo que llegar¨¢n es a una sucesi¨®n inconexa de pases, que no a torear.Estos j¨®venes y aplicados disc¨ªpulos han de enfrentarse a animalillos tambi¨¦n en plena juventud, a los que cuesta una barbaridad sacarles de su l¨®gica tendencia al jugueteo. Los infantes de toro gastan sus energ¨ªas en una traca de carreras alocadas y trotones corcoveos. Es muy dif¨ªcil fijarlos en los enga?os y que se centren en las suertes.

Dos de los alumnos que ayer hicieron el pase¨ªllo, los madrile?os Carlos Nella y Pablo Saugar, lo consiguieron a base de portentosa t¨¦cnica. Supieron embozar a los erales prendi¨¦ndoles su celo en capote y muleta. Nella, cuyas embraguetadas ver¨®nicas quedaron impresas per secula seculorum en las retinas del cotarro, brill¨® adem¨¢s en el tercio de banderillas, con las que tambi¨¦n destac¨®, sobre todo en un sensacional par al quiebro.

Despu¨¦s volvi¨® a mandar sobre sus becerrillos, a los que tore¨® con finura, ortodoxia y empaque. Tanto sus pases en redondo como los naturales eran de una belleza sin m¨¢cula. La segunda faena la rubric¨® doblemente: pase de la firma, y estoconazo encun¨¢ndose. Su serenidad y madurez parecen catapultarle a mayores empresas.

Un punto de madurez y mejor manejo de la tizona faltaron ayer a Pablo Saugar para alcanzar el triunfo. Para eso est¨¢ en la Escuela, y si todo lo aprende como lo de fijar a los novillos, sus perspectivas son buenas, pues sabe torear con ligaz¨®n, profundidad y arte, como demostr¨® a lo largo de todas sus intervenciones. A Jos¨¦ A. P¨¦rez Victoria, de Calahorra, deben haberle dejado para septiembre el tema de fijar a los novillos, a los que intenta torear bonito en cuanto llegan a su jurisdicci¨®n.

Por esta causa sus labores adolecieron de falta de aplomo y sobra de barullo y zaragata, pero apunt¨® un toreo de mucho sentimiento y gusto, de corte paulista, aunque, por supuesto, con much¨ªsimo menos canguelo que el diestro gitano. Con tan excelentes caracter¨ªsticas, en cuanto apruebe esta asignatura pendiente de centrar a su enemigo tambi¨¦n podr¨¢ graduarse.