Jugadores de ventaja
EN ESPA?A hay 930 controladores a¨¦reos, de los que 130 prestan sus servicios en Catalu?a. Durante el verano, los aeropuertos espa?oles dan servicio a cientos de miles de viajeros cada d¨ªa: 210.000 tomaron tierra o despegaron del de Palma de Mallorca durante el ¨²ltimo fin de semana. Cualquier consideraci¨®n ulterior sobre la huelga anunciada por los controladores del aeropuerto de Barcelona, con efectos directos en todo el litoral mediterr¨¢neo e indirectos en todo el pa¨ªs e incluso en el tr¨¢fico continental, debe partir de la desproporci¨®n que esas cifras reflejan. Incluso si ninguna sombra de duda existiera sobre lo bien fundado de las reivindicaciones esgrimidas por los huelguistas -lo que dista de ser evidente-, los controladores ser¨ªan responsables de una injusticia. La de hacer recaer sobre tantas personas ajenas a sus problemas laborales los efectos de su iniciativa.Los huelguistas reivindican diversas mejoras salariales que supondr¨ªan, seg¨²n el director general de Aviaci¨®n Civil, Manuel Mederos, elevaciones medias de unas 100.000 pesetas mensuales, es decir, de casi un 60%. Los controladores catalanes responden que ellos nunca han cuantificado sus pretensiones, pero ello no contradice necesariamente la cifra anterior. Por otra parte, los controladores ven¨ªan adelantando cifras muy inferiores, entre 18.000 y 40.000 pesetas mensuales. Pero ahora resulta que esas cantidades se refieren ¨²nicamente a una de las reivindicaciones, la de seguir cobrando una gratificaci¨®n por servicios es,peciales que se pact¨® cuando los controladores depend¨ªan de la administraci¨®n militar. Las 100.000 pesetas ser¨ªan el resultado de la cuantificaci¨®n del conjunto de las reivindicaciones.
El asunto de las gratificaciones, 91 ue ya fue la bandera de la huelga convocada el a?o pasado por estas fechas, resulta complejo, y la prueba es que existen sobre ¨¦l sentencias contradictorias de los tribunales. Por ello parece l¨®gico que se vaya a un acuerdo global, con unas subidas pactadas y homog¨¦neas para todos los controladores que engloben esa u otras gratificaciones y resuelvan de una vez un problema enquistado desde 1979. Eso es lo que se intentaba con las negociaciones entre Aviaci¨®n Civil y la Asociaci¨®n Confederal Espa?ola de Controladores A¨¦reos (ACECA) previstas para septiembre. Pero resulta incomprensible que se haya esperado un a?o para iniciar las conversaciones, especi almente a la vista de la postura mantenida por los controladores catalanes, que hab¨ªan llevado hasta el final su l¨®gica de corporativismo dentro del corporativismo, desvincul¨¢ndose del sindicato.
Con una negociaci¨®n satisfactoria para las partes, o al menos en marcha, a los instigadores de esta huelga les hubiera sido m¨¢s dif¨ªcil prevalerse de su posici¨®n para hacer pasar sus intereses por encima de cualquier consideraci¨®n de oportunidad y, desde luego, no hubieran podido aprovechar la confusi¨®n para recabar paros solidarios en otros aeropuertos. La elecci¨®n de las fechas a?ade abuso al abuso: de lo que se trata es de hacer v¨ªctima de su iniciativa al mayor n¨²mero posible de personas, cuya razonable indignaci¨®n ser¨ªa la principal arma para presionar a la Administraci¨®n. Esa actitud de ventajismo no s¨®lo es incompatible con cualquier planteamiento sindical o reivindicativo serio, sino que desacredita cuanto de razonable pudiera haber en las aspiraciones laborales de unos profesionales en cuyas manos descansa la seguridad de millones de seres humanos.
A los efectos inmediatos sobre las personas que se ver¨ªan perjudicadas por la paralizaci¨®n y el caos de los aeropuertos habr¨ªa que a?adir los inducidos en la industria tur¨ªstica. La Prensa londinense hablaba ayer de m¨¢s de 300.000 ciudadanos brit¨¢nicos castigados por los controladores espa?oles, que los estar¨ªan forzando a modificar sus planes de vacaciones, aparte de otras incomodidades. Ser¨ªa ingenuo pensar que esa industria puede permanecer inmune a tales apreciaciones. Nos encontramos, as¨ª pues, ante una huelga demag¨®gicamente presentada, confusamente planteada v llamada a afectar gravemente tanto a las personas como a la econom¨ªa del pa¨ªs.
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