Capital cultural
Me permito enviarle las siguientes reflexiones surTidas a ra¨ªz del debate televisivo y radiado, en el que participaron varios periodistas, sobre Madrid, capital cultural de Europa,. Debate que, a pesar de resultar insulicientemente reflexivo sobre qu¨¦ es la cultura y su situaci¨®n, tuvo el aliciente de la participaci¨®n de un representante de Salamanca, que me pareci¨® oportuna no tanto por lo que dijo como por lo que representaba. Europa se fue forjando sobre valores culturales antag¨®nicos a los representados por Salamanca. Madrid naci¨® con la modernidad desde la raciorialidad urban¨ªstica y caminera de la Ilustraci¨®n, iniciando un t¨ªrnido entroncamientc con la Europa moderna. Madrid seguir¨ªa creciendo, en medio de un desierto de tradiciones imperiales, vinculada a la construcci¨®n del ferrocarril y con ¨¦ste a su progresiva y lenta industrializaci¨®n hasta los a?os de 1950-1960, afianzando su modernidad, maigr¨¦ leur. Esta tradici¨®n, esta vinculaci¨®n, este ox¨ªgeno de racionalidad con que se alimenta Madrid justifica su europeidad. Si cultura es todo lo transformado por los hombres, que debe ser conocido y degu stado por todos los ciudadanos que quieran, resulta insuficiente, con ser importante, si al mismo tiempo no se abre un amplio debate sobre la actual situaci¨®n de la cultura. Un debate de estas caracter¨ªsticas s¨®lo se puede hacer desde una sociedad urbana y cosmopolita, como Madrid, capaz de rnovil¨ªzar en miles de tribunas a millones de ciudadanos de Madrid y de Europa. Desde una reflexi¨®n vanguardista sobre la actual situaci¨®n de parto cultural internacional, el 92 podr¨ªa ser algo m¨¢s que una an¨¦cdota, cerrando la puerta que se abri¨® tras el importante descubrimiento de Am¨¦rica y abriendo una nueva puerta cultural.-
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