Carlos A. Seri

En su trayectoria desde Puerto de Sagunto (Valencia) hasta Madrid pone a prueba su prodigiosa memoria con sus compa?eros de tren. Juegos de cartas, c¨¢lculos aritm¨¦ticos, miles de versos aprendidos.Para demostrar que se sabe los 7.200 versos que componen las dos partes del poema de Mart¨ªn Fierro, escrito por el argentino Jos¨¦ Hern¨¢ndez, pide a su interlocutor que abra el libro por la p¨¢gina que le plazca y le diga el primer verso de la estrofa que quiera. ?l continua recitando hasta perder la noci¨®n del tiempo. Cuando se detiene, cuenta la vida de Jos¨¦ Hern¨¢ndez, y cuando termina, se introduce en la historia de la Pampa argentina, de la filosofia y forma de vida del gaucho.

?Y usted qui¨¦n es? "?Ah! Nac¨ª en 1925, en Ciudad de Crespo, en la provincia de Entre R¨ªos". All¨ª, aunque con el t¨ªtulo de profesor de literatura y castellano, trabaj¨® como contable p¨²blico. En 1953 vino a Espa?a para participar en unas Jornadas de Lengua y Literatura Hispanoamericanas. Tres a?os despu¨¦s march¨® a la Rep¨²blica Federal de Alemania, donde trabaj¨® como pe¨®n de alba?il y analista de laboratorio, hasta que en 1962 consigui¨® un puesto como traductor. El tiempo que le dejaba libre su profesi¨®n lo dedic¨® a escribir 90 peque?os relatos, publicados bajo el t¨ªtulo Los cuentos del t¨ªo Carlos: "Estas gallinas, dijo un aldeano, ponen huevos tan grandes que apenas entran once en la docena".

Su matrimonio con una espa?ola le ha hecho fijar su residencia en Puerto de Sagunto. ?Por qu¨¦, si ama tanto Argentina, la dej¨®? "?Ah! No. Hago argentineo por el mundo. Difundo el Mart¨ªn Fierro". ?sa es su gran obsesi¨®n. Despu¨¦s, tiene aficiones: egiptolog¨ªa, astronom¨ªa, astrolog¨ªa., Y pasiones: los juegos de memoria, aritm¨¦ticosy de cartas, los crucigramas gigantes.

Por su profesi¨®n de traductor, Carlos A. Seri se acostumbr¨® a hurgar en diccionarios y enciclopedias. Ahora ha ada Ptado esa labor de investigacion filol¨®gica a la resoluci¨®n de mastod¨®nticos crucigramas. Una semana dedic¨® al m¨¢s grande de Espa?a, publicado en EL PA?S el 31 de julio. ?l ha sido el primero en presentarse en la Redacci¨®n con todas las casillas rellenadas.

A falta de millares de palabras entrecruzadas, dedica su tiempo a husmear en las bibliotecas, idea juegos matem¨¢ticos de dificil explicaci¨®n y juegos de cartas.

Otra de sus audacias memor¨ªsticas es proponer a los ni?os que le completen una lista de 100 palabras. ?l se la aprende en 15 minutos, y despu¨¦s ya pueden preguntarle: la n¨²mero 77, la 35, la 23. Es su vocaci¨®n. Jugar con la memoria, con los n¨²meros, con las palabras.