Tragedia en el ?frica negra
Las matanzas ¨¦tnicas prosegu¨ªan ayer en el norte de Burundi, seg¨²n la agencia France Presse, que recog¨ªa testimonios del hallazgo de nuevos cad¨¢veres, m¨¢s de 5.000 en total. El autor del art¨ªculo, que vivi¨® varios a?os en el pa¨ªs africano, del que fue expulsado en 1980, se?ala algunas de las claves de los acontecimientos actuales y recuerda la presencia espa?ola.
Burundi, peque?o Estado del ?frica central, ha explotado otra vez: miles de muertos en unos d¨ªas. Y lo har¨¢ m¨¢s veces... Pocos pa¨ªses son, para los espa?oles, tan ignorados y desconocidos como ¨¦ste. Pero all¨ª tambi¨¦n hay y ha habido espa?oles durante largos a?os.En 1972, 10 a?os despu¨¦s de independizarse de los belgas, los tutsis, con listas en la mano, fusilaron a los cuadros hutus: maestros, administrativos, notables... No es f¨¢cil conocer la cifra de hutus asesinados. Las estimaciones oscilan entre 150.000 y 250.000. Tambi¨¦n hay decenas de miles de refugiados hutus en Ruanda, Tanzania, Zaire e incluso Europa.
En kirundi -lengua materna y oficial, que hablan 12 millones de personas- la gente, al hablar del fat¨ªdico a?o 1972, dice "ivyabahaye", "las cosas que ocurrieron", "los acontecirnientos". Burundi, desde entonces, depender¨¢ por muchos a?os de aquellos acontecimientos, como los espa?oles dependemos de una guerra civil. Todo tiene sus antecedentes hist¨®ricos.
Los tutsis (batutsi, con prefijo-plural) tienen tendencia n¨®mada, son ganaderos, altos, inteligentes, diplom¨¢ticos, reservados, introvertidos, buenos actores si llega el caso, con visi¨®n de conjunto, integran r¨¢pido lo nuevo. Los hutus (bahutu) son m¨¢s bajos de estatura, tendencia sedentaria, agricultores, muy trabajadores y resistentes, muy bondadosos, m¨¢s extravertidos, menos organizados mentalmente para los grandes espacios, m¨¢s lentos para integrar lo nuevo.
Burundi est¨¢ dirigido por una raza minoritaria, en guardia permanente; el omnipresente miedo a sentirse rodeado es un mal consejero para el equilibrio pol¨ªtico. Los tutsis son s¨®lo el 14% de una poblaci¨®n total cercana a los cinco millones de habitantes y una densidad de poblaci¨®n doble que la espa?ola (la mayor de Africa, junto a Ruanda). Los hutus constituyen el 85% de la poblaci¨®n, pero se organizan peor. Quedan los tuas (batua), o tipo de pigmeos, el 1%, especialistas en recipientes de barro y que venden sus productos, en el mercado, separados de los dem¨¢s. Tanto para los tutsis como para los hutus, los tuas son inferiores. Los tuas son muy amables y muy directos en la conversaci¨®n, una vez que se rompe el hielo.
Una peque?a parte de ese 14% de tutsis, m¨¢s unos pocos hutus en determinados puestos (para hacer ver que no hay racismo), es la que dirige el pa¨ªs: el ej¨¦rcito de unos 15.000 hombres, equipado sobre todo por Francia; el partido ¨²nico, Union Progr¨¨s National (Uprona), y los puestos claves de la Administraci¨®n. Cuando se le pregunta a un ni?o tutsi qu¨¦ quiere ser de mayor, es muy probable que diga "umusoda" (soldado). El concepto de Estado es importado. En kirundi se dice Leta, transcripci¨®n puramente fon¨¦tica del franc¨¦s l'?tat. Es m¨¢gico, es el poder.
En 1979 hab¨ªa en Burundi unos 80 espa?oles, cooperantes y misioneros en su mayor parte. Hab¨ªa misiones dirigidas por belgas, burundeses, italianos, franceses, alemanes, canadienses, polacos, suecos, suizos, norteamericanos... Entre los espa?oles, aragoneses en Nyangwa, asturianos en Ntita, mallorquines en Gitongo y Mutaho, riojanos en Rwisabi... Tambi¨¦n hab¨ªa andaluces, catalanes, madrile?os, navarros, vascos.... Yo trabaj¨¦ en Nyangwa cuatro a?os (19761980). En febrero de 1980, Nyangwa ten¨ªa unos 50.000 habitantes, con porcentaje alto de tutsis.
Labor social
Esto hac¨ªamos en Nyangwa, por poner ejemplos. Escuela paralela: 2.044 alumnos, 25 profesores nativos independientes del Estado y pagados por la misi¨®n o pa¨ªs de los cooperantes. Cooperativa de consumo: 280 miembros-socios, dos millones de pesetas anuales en ventas (el salario mensual de un obrero era de 1.000 pesetas). Dispensario privado: medicamentos de Europa, 46.800 enfermos atendidos al a?o. Cursos intensivos de alfabetizaci¨®n de adultos. Centro de promoci¨®n social: unos 700 j¨®venes y 440 mujeres casadas en tareas de alfabetizaci¨®n, carpinter¨ªa, corte y confecci¨®n, 5.248 vestidos vendidos en 1979. Animaci¨®n rural en las colinas: 20 monitoras locales, 30 campos de experimentaci¨®n, donde se distribuyeron en tres a?os: 5.000 plantas de pi?a, miles de kilos de semillas, 600 pozos para excrementos y basuras. Cooperativa agr¨ªcola y ganadera (con fondos del Estado franc¨¦s): 15 socios, cultivo del girasol, cr¨ªa de conejos, granja de gallinas, 70 huevos diarios... Cooperativa artesanal: 12 socios; vendi¨® en tres a?os: 112 bolsos de mano, 136 cestos, 507 piezas murales, 650 alfombras, 8 10 raspadores met¨¢licos, 3.680 cepillos de limpieza, 8.760 escobas... Molino a motor Yanmar Diesel TSC, para ma¨ªz, caf¨¦, etc¨¦tera. Agua corriente, 144 litros por minuto.Pero el Gobierno ve¨ªa con miedo el desarrollo del pueblo. Aunque no se hac¨ªa discriminaci¨®n y de todo se informaba al Gobierno, siempre eran m¨¢s hutus que tutsis los que acced¨ªan a los servicios, porque hay seis hutus por cada tutsi. Como los pretextos son f¨¢ciles de encontrar, se acus¨® a los misioneros de colonizadores y de opio de? pueblo. En diciembre de 1976 fueron expulsados 16 combonianos. Y en junio de 1979, casi un centenar de misioneros, seg¨²n el escrito oficial, "por atentar contra la seguridad del Estado".
En la vecina Ruanda los hutus gobiernan en mayor¨ªa. Siendo un pa¨ªs gemelo, est¨¢ m¨¢s desarrollado, porque no se tiene miedo a los cooperantes extranjeros. El presidente Havyarimana los condecora, mientras el presidente burund¨¦s, Bagaza (1976-1987), destituido por el golpe de Estado de septiembre de 1987, expulsa a m¨¢s de 300 cooperantes o misioneros de 20 nacionalidades, entre ellos un obispo belga. Encarcela a 22 curas cat¨®licos nativos y a decenas de cristianos cualificados. Proh¨ªbe los medios de comunicaci¨®n cat¨®licos y protestantes, las reuniones, las misas, etc¨¦tera.
Los dirigentes tutsis han querido quitarse testigos de encima. Matar a un blanco siempre trae problemas... Es mejor expulsarlo. Sobre todo, si habla kirundi. A los diplom¨¢ticos, t¨¦cnicos de la ONU o de la banca mundial, en cambio, buenas recepciones.
El 65%. de los burundeses est¨¢ en la ¨®rbita cat¨®lica. Pero el Vaticano no tiene autoridad moral para capitalizar esta persecuci¨®n. El nuncio, con sede en Bujumbura, es un embajador de un Estado. Yo he hablado formalmente con dos nuncios, en representaci¨®n de compa?eros, en distintos momentos dif¨ªciles, en 1976 y 1979. Dos nuncios distintos, los dos hablaban espa?ol, los dos nos dijeron lo mismo: no hacer nada, la Iglesia siempre ha sido perseguida... Un a?o m¨¢s tarde yo tambi¨¦n era expulsado, con otro compa?ero. Y, curiosamente, el motivo fue una carta abierta al Papa. El provincial belga de los Padres Blancos dijo: "Es una expulsi¨®n indecente". Meses despu¨¦s, el mismo nuncio perdi¨® el t¨ªtulo de decano del cuerpo diplom¨¢tico... Era 1980.
No es dificil prever que las luchas ¨¦tnicas van a continuar. El poder nunca es razonable, por tanto, no va a ceder ni va a negociar, aunque siga habiendo miles de muertos. S¨®lo hay una v¨ªa, seguramente, la europea, que est¨¢ en el origen de la colonizaci¨®n: que influya a favor. Pero tal como est¨¢ el tr¨¢fico de armas, tampoco es f¨¢cil. As¨ª que, si no ocurre alg¨²n milagro, s¨®lo cabe temer que, alg¨²n d¨ªa, contin¨²en las matanzas.
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