La viuda de Bujarin, primera estrella de la Mostra
Anna Larina Bujarin, esposa del dirigente bolchevique asesinado por Stalin en 1937 y recientemente rehabilitado por Mijail Gorbachov, acapar¨® la atenci¨®n de la primera jornada de la Mostra veneciana. En la conferencia de prensa que sigui¨® a la proyecci¨®n del filme Caro Gorbachoy, del italiano Carlo Lizzani, que cuenta la ¨²ltima noche que el matrimonio Bujarin pas¨® junto, casi todas las preguntas se dispararon sobre la fr¨¢gil figura de esta anciana rusa que durante medio siglo ha luchado sorda y tercamente para devolver verdad sobre la difamada memoria de su marido, que fue el disc¨ªpulo favorito de Lenin y uno de los principales dirigentes de la Revoluci¨®n de Octubre.El filme de Carlo Lizzani, cineasta de izquierda, representa las ¨²ltimas horas que Anna y Nicolai Bujarin vivieron juntos, acosados por la polic¨ªa de Stalin, cuando ¨¦ste hab¨ªa ya decidido eliminar al que fue disc¨ªpulo favorito de Lenin y uno de los ide¨®logos del bolchevismo.
Afirma Lizzani que "reconstruir en cine la figura de Bujarin no ha sido f¨¢cil, debido a que Stalin se encarg¨® no s¨®lo de eliminar a sus v¨ªctimas, sino tambi¨¦n de borrar todo rastro de ellas. Por esta raz¨®n no existe una iconograf¨ªa cinematogr¨¢fica, ni siquiera fotogr¨¢fica, del que en su tiempo fuera un pol¨ªtico y te¨®rico de fama mundial. En cierta manera tuvimos que reconstruir la imagen de Bujarin casi partiendo de la nada, apoyados m¨¢s en documentos escritos que en iin¨¢genes". Lo mismo opina la hija del cineasta, la actriz Flaminia Lizzani, que interpreta el personaje de Anna Larina: "Tuvimos que hacer un gran esfuerzo de documentaci¨®n para descubrir los caracteres de los personajes. Fue dificil, pero conmovedor".
Herv¨¦ Keitel, el actor norteamericano que interpreta a Bujarin, a?ade: "Tuvimos que emplear la imaginaci¨®n. En Caro Gorbachov hab¨ªa que componer una personalidad hist¨®rica, pero en cierta manera ten¨ªamos que olvidar el significado del personaje para poder abordar su individualidad. Hab¨ªa que interpretar no a un dirigente pol¨ªtico, sino a un marido, a un padre, a un hombre".
Conmovida
Anna Larina Bujarin asegur¨® que inicialmente le result¨® chocante ver reproducidos en la pantalla a su casa, a su marido, a su hijo y a s¨ª misma. "Pero cuando me fui acostumbrando y familiarizando con la pel¨ªcula, despu¨¦s de los primeros momentos de perplejidad, me sent¨ª conmovida. Todo aquello ocurri¨® hace m¨¢s de medio siglo, pero todav¨ªa hoy me parece estar vi¨¦ndolo. Mi imagen de aquello no puede coincidir con las im¨¢genes de otros, son intransferibles, pero s¨ª, es cierto, me coninovieron".
"Los momentos tr¨¢gicos provocan recuerdos muy vivos. Siempre fui leal a estos recuerdos. Sab¨ªa que, antes o despu¨¦s, a Bujarin le ser¨ªa devuelto el lugar que le corresponde en la historia y en la memoria de nuestro pueblo. Despu¨¦s de matarle, me encarcelaron, me echaron de mi casa, me deportaron. Pero nunca dud¨¦ que llegar¨ªa el d¨ªa de demostrar p¨²blicamente que aquellos procesos fueron farsas apoyadas en calumnias incalificables. Condenar a muerte a Bujarin por antisovi¨¦tico era como decir que el zar era comunista".
"Jruschov", prosigue, "fue el que inici¨® la rehabilitaci¨®n de mi marido, pero en su tiempo todav¨ªa era insuperable el arraigo y la inercia del estalinismo; aunque hab¨ªan pasado muchos a?os, estaba todav¨ªa demasiado cercano el recuerdo del terror, y esto pesaba demasiado sobre la vida en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Luego lleg¨® una generaci¨®n que no ten¨ªa ninguna memoria. Ahora ha comenzado a salir a la luz; Jruschov allan¨® el camino a Gorbachov y entonces salv¨® muchas vidas".
"Cuando muri¨® Stalin, pese a las enormes dificultades que hab¨ªa en la URSS para salir de aquella situaci¨®n, comenzamos a darnos cuenta de que poco a poco, casi imperceptiblemente, la verdad se iba abriendo paso y nuestro miedo a que la historia quedase sepultada bajo aquel fardo de calumnias y cr¨ªmenes dej¨® paso a las primeras esperanzas. Fueron tiempos atroces, pero no perdimos la fe en volver a ver la luz".
A la pregunta de si piensa que la luz seguir¨¢ iluminando la verdadera historia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Anna Larina responde rotundamente que si, que cree posible incluso rehabilitar a Le¨®n Trotsky: "No ocurrir¨¢ inmediatamente, pero con el tiempo se dir¨¢ toda la verdad sobre ¨¦l. Ya se est¨¢n escribiendo art¨ªculos donde se reconocen sus m¨¦ritos en la revoluci¨®n y en la guerra civil. Es s¨®lo el comienzo. Hay que tener en cuenta que Trotsky manten¨ªa posiciones muy duras y radicales y que, adem¨¢s, era un hombre con muchas ambiciones pol¨ªticas y que, como Stalin, buscaba el poder. Mi marido no quer¨ªa el poder. Era un ide¨®logo, incluso un idealista. Y termin¨® como los criminales comunes".
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