Xenofobia alemana

Puede que Jean-Marie Le Pen haya perdido en la segunda ronda de las elecciones francesas, pero la xenofobia europea sigue en ebullici¨®n. El ¨²ltimo brote parece venir de Alemania Occidental, donde un nuevo y organizado caudal de personas de raza germana est¨¢ irrumpiendo en el pa¨ªs procedente de Polonia y la URSS, causando ciertas hostilidades. Dada la exagerada sensibilidad de los alemanes ante las diferencias culturales, la llegada de esta poblaci¨®n que comparte sus ra¨ªces, aunque no siempre su lengua, deber¨ªa ser considerada por su parte como un env¨ªo divino. A pesar de todo, los alemanes contin¨²an rechazando lo que consideran ante todo una carga econ¨®mica. Las palabras de esta dependienta de un supermercado son ya usuales: "Deber¨ªan quedarse donde est¨¢n, nos est¨¢n quitando los puestos de trabajo". Pero el desempleo en Alemania, un 8,9%, no es consecuencia del n¨²mero excesivo de trabajadores. Es resultado de una legislaci¨®n laboral altamente estructurada e inflexible. Como se?alaba el semanario nacional Der Spiegel, los reci¨¦n llegados tambi¨¦n se quejan. Uno de ellos argumentaba: "Una gallina tumbada ocupa m¨¢s espacio". Es f¨¢cil perdonar la actitud de estos viajeros. Como los rusos que han llegado Norteam¨¦rica en los ¨²ltimos 15a?os, los alemanes procedentes del Este deber¨¢n aprender algo sobre la libertad. El deseo es que, como ellos se?alan, los propios germanooccidentales aprendan a su vez algo sobre la misma.30 de agosto