Inseguridad ciudadana, deserci¨®n escolar y basura
La delincuencia juvenil es uno de los ¨ªndices que mayor aumento han experimentado en los ¨²ltimos a?os, al punto de crear un problema de inseguridad ciudadana. Pese al car¨¢cter eminentemente social del fen¨®meno, la soluci¨®n propuesta por el Gobierno democr¨¢tico es s¨ªmplemente de tipo jur¨ªdico: bajar de 18 a 16 a?os la edad penal. Afortunadamente, hasta juristas del propio partido del Gobierno se han opuesto a esa modificaci¨®n jur¨ªdica y el tema est¨¢ sujeto a debate en el Parlamento.Acerca de este tema, los obispos de la Conferencia Episcopal Uruguaya afirman en un reciente documento que "aumenta la deserci¨®n escolar, claro signo de la miseria material que exige el trabajo prematuro de los ni?os, empuja a la mendicidad o, lo que es peor, a la delincuencia infantil. Todo ello oscurece el futuro de cada generaci¨®n".
El mismo documento pasa revista a otros problemas de tipo social, al constatar que "contin¨²a la emigraci¨®n interna o externa hacia otros lugares y, con los inconvenientes de ese desarraigo, aumenta el consumo de drogas entre los adolescentes y los j¨®venes, prosigue la depauperizaci¨®n hasta el punto extremo de que algunos hermanos nuestros se alimentan de lo que otros desechan". Tan nefasta como la emigraci¨®n externa es la creciente e imparable migraci¨®n interna. Montevideo, la capital y el m¨¢s peque?o de los departamentos del pa¨ªs, con apenas algo m¨¢s de 900 kil¨®metros cuadrados, alberga aproximadamente la mitad de la poblaci¨®n del pa¨ªs.
Vivir de la basura
El paulatino despoblamiento de las gentes del campo es generalizado y testimonio incuestionable de un injusto e irracional sistema de tenencia de la tierra. Del campo se emigra, en la casi totalidad de los casos, para engrosar los cinturones de miseria de la capital. Son los cantegriles, en el lenguaje humor¨ªstico uruguayo, en ir¨®nica alusi¨®n a un barrio residencial del mismo nombre en el selecto balneario de Punta del Este.
El otro elemento a que alude la frase anterior del documento episcopal est¨¢ referido a la industria de la basura. Hace unos a?os era posible encontrar en las madrugadas de Montevideo un hombre con un carrito, a veces tirado por un caballo, recogiendo las bolsas de basura depositadas en las calles.
Era una actividad vergonzante hasta para el propio hombre y por eso sal¨ªa a la calle mientras la ciudad dorm¨ªa. Actualmente son miles de uruguayos los que viven de la recolecci¨®n, clasificaci¨®n y venta de desechos domiciliarios, y muchos tambi¨¦n se alimentan directamente de esas sobras. La necesidad ha acabado concualquier escr¨²pulo y no es inusual ver por el centro de la ciudad, a¨²n de d¨ªa, una familia entera montada en un carrito cargado de basura, a veces tirado por el hombre o la mujer, sin siquiera haber alcanzado la categor¨ªa de tener caballo propio.
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