Mecano se ha quedado sin rivales
Espartaco y Curro Romero habr¨ªan palidecido de envidia si hubieran asistido el pasado jueves al concierto de Mecano. Nunca la plaza de toros de Las Ventas hab¨ªa registrado un lleno tan espectacular, de tal forma que una excursi¨®n al ba?o o por bebida llevaba como inevitable consecuencia la imposibilidad de volver a entrar al ruedo o los grader¨ªos. Una versi¨®n reducida del enorme atasco de gente que sufri¨® el Santiago Bernab¨¦u con la actuaci¨®n de U2.A?o y medio hac¨ªa que Mecano actu¨® por ¨²ltima vez en Madrid. En este tiempo ha triunfado en Ceritro y Suram¨¦rica; ha vendido m¨¢s de un mill¨®n de discos de su pen¨²ltimo elep¨¦, Entre el cielo y el suelo, y 300.000 del reciente Descanso dominical; pero sobre todo ha puesto en marcha un tinglado esc¨¦nico que no tiene comparaci¨®n posible en nuestro pa¨ªs. En Espa?a, el pop es Mecano. Sencillamente, es insuperable.
Mecano
Ana Torroja (voz), Nacho Cano (teclados y guitarra), Jos¨¦ Mar¨ªa Cano (guitarra y teclados), ?scar Astruga (bater¨ªa) e Ignacio Ma?o (bajo). Madrid, jueves 8, plaza de toros de Las Ventas.Duraci¨®n: 150 minutos.
Si en un principio Mecano eran Nacho y Jos¨¦ Mar¨ªa, con Ana como complemento justo, pero no imprescindible, ahora ya no es as¨ª. El cambio ofrecido es espectacular. Ana Torroja ha demostrado una profesionalidad digna de los m¨¢s encendidos elogios. Ha trabajado su voz hasta convertirse en una cantante de excepci¨®n, con una capacidad de modulaci¨®n, de expresi¨®n y de volumen que la convierten en la m¨¢s completa que ha habido en la historia del pop espa?ol.
Historia. Eso es lo que est¨¢ haciendo Mecano. Romper r¨¦cords de venta no es suficiente para hacerlo. Hay que poseer las virtudes de este tr¨ªo para que la referencia sea justa. Mecano compone todos los temas y en directo mejora sus composiciones. La impresionante vista de la plaza de toros enloquecida est¨¢ plenamente justificada.
Dos caras
Son tres personalidades que juegan con ventaja; su moneda es falsa: no tiene cruz, sino dos caras. Nacho, subido en su pir¨¢mide de teclados -nadie capaz como ¨¦l de crear figuras tan convincentes, sea por la sencillez o la n¨ªtida complejidad-, transmite una din¨¢mica inacabable. Jos¨¦ Mar¨ªa es el complemento tranquilo, sosegado y sensible -el autor de baladas imperecederas-, y Ana es la estrella de aspecto fr¨¢gil que se transforma en dominadora absoluta, en reina de recursos.Ya no s¨®lo canta como los ¨¢ngeles, ahora tambi¨¦n act¨²a, y muy bien. Si sus movimientos de cadera siempre hab¨ªan tenido un algo que estimulaba r¨¢pidamente, ahora realiza coreograf¨ªas que la sit¨²an en otro nivel. Muy pocos y pocas cantantes son artistas. Ana lo es, y muy completa.
El espect¨¢culo del jueves es para recordarlo mucho tiempo. Apoyados por un v¨ªdeo excelentemente realizado -se acab¨® el aprender de los for¨¢neos- y un juego de luces original y vers¨¢til, Mecano sali¨® al escenario, mientras tres focos iluminaban el perfil del tr¨ªo que presid¨ªa el escenario.
Desde el comienzo, todo fue bien. Los entusiasmados asistentes se rindieron inmediatamente -en realidad, la mayor¨ªa se hab¨ªa rendido antes de llegar-, el sonido se mostr¨® impecable desde el inicio, y as¨ª, Mecano fue paseando por lo m¨¢s granado de su repertorio en medio de un triunfo rotundo.
Arreglos diferentes, juegos de voces desconocidos hasta la fecha en el grupo y algunas excursiones a la locura -Nacho se vuelve guitarrista heavy en Las curvas de esa chica- envuelven canciones ya cl¨¢sicas -Hoy no me puedo levantar, Maquillaje- y novedades -Mujer contra mujer o La fuerza del destino-. Da lo mismo. Sean baladas o no, sean letras simplistas -pero directas- o m¨¢s elaboradas, sean ritmos comerciales o complejos, el resultado es el mismo: Ana sube hasta donde quiere, act¨²a con enorme carisma, en medio de una monta?a sonora perfecta. Sin fallos, sin fisuras. Mecano se ha quedado sin referencia comparativa. No tiene rival.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.