"?Pero d¨®nde est¨¢ Carlos?"

., El candidato peronista a la Presidencia de Argentina, el gobernador de la provincia de La Rioja Carlos Menem, no asisti¨® al accidentado mitin sindical del viernes en la plaza de Mayo y se limit¨® a enviar un mensaje escrito de adhesi¨®n."?Pero d¨®nde est¨¢ Carlos?" era la pregunta m¨¢s repetida en la plaza de Mayo. Varios asistentes portaban carteles con la imagen del hombre de las patillas de viejo caudillo federal. En los d¨ªas previos al paro del viernes, la intervenci¨®n o no de Menem en el mitin final fue un continuo deshojar la margarita, una vez que s¨ª y otra vez que no. Cuando ya se hab¨ªa decidido que no hablar¨ªa, se recurri¨® a dejar abierta una espita: "Hablar¨¢, si lo pide el p¨²bfico".

Menem tuvo suerte, o quiz¨¢ olfato pol¨ªtico, para prever los disturbios. Lo peor que le puede ocurrir al candidato peronista es verse implicado con des¨®rdenes y que el electorado argentino le asocie con una vuelta al pasado. Con la actual situaci¨®n econ¨®mica, los radicales no tienen posibilidades de ganar la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo a?o. La t¨¢ctica electoral del radicalismo est¨¢ clara: presentar a Menem como el candidato del miedo y sacar a relucir de nuevo la vieja alternativa entre civilizaci¨®n o barbarie.

Desde esta perspectiva resulta f¨¢cil llegar a la conclusi¨®n de que podr¨ªa haber tras los incidentes del viernes una mano negra. La prisa por parte de algunos pol¨ªticos del Gobierno por capitalizar los disturbios invita a pensar en provocaciones interesadas para desprestigiar a los peronistas y a la CGT y ganar puntos ante la opini¨®n p¨²blica como gente de orden.

Las hip¨®tesis mal¨¦volas son superfluas. La verdadera provocaci¨®n, hoy, en Argentina es la situaci¨®n econ¨®mica y el fracaso del Gobierno radical para resolverla. Con inflaci¨®n desbocada y salarios de hambre no se necesitan provocadores. La palpable indignaci¨®n popular basta para provocar incidentes en cualquier momento.