Sublimaci¨®n de lo anodino

Cuatro aventuras de Reinette y Mirabelle (rodada despu¨¦s de El rayo verde y antes de filmar El amigo de mi amiga -sexto cap¨ªtulo de la serie Comedias y proverbios- ya estrenadas en nuestras pantallas) es el ¨²nico ejemplo que nos llega del personal magisterio de Erich Rohiner, capaz de convertir en manierismo su habitual concisi¨®n y rigor de exposici¨®n narrativa. El presente t¨ªtulo, compuesto por cuatro episodios independientes de distinta duraci¨®n e interpretados por las mismas protagonistas, contiene un discurso coherente que da unidad a la f¨¢bula y vuelve a mostrar, como es habitual en el cine del autor de Ma nuit chez Maud, el dilema de la postura moral o ¨¦tica ante diferentes aspectos de la vida cotidiana.La hora azul, el primero y m¨¢s l¨ªrico de los episodios, enlaza con su atenci¨®n por los fen¨®menos de la naturaleza y con El rayo verde. El siguiente, El camarero y el ¨²ltimo, La venta del cuadro, en el que ironiza sobre el arte y su comercio y la cr¨ªtica del mismo, est¨¢n presididos por el humor. Y en todos ellos, al igual que en El mendigo, la cl¨¦pt¨®mana y la estafadora, donde la picaresca urbana es protagonista, la actitud de los protagonistas ante los mismos hechos enfrenta sus personalidades en unos di¨¢logos tan primorosamente construidos como exasperantes o deliciosos, conforme el ¨¢nimo del espectador.

Hallazgos

Actrices j¨®venes dulces y espl¨¦ndidas, como ocurre siempre en las ¨²ltimas realizaciones del autor de El signo de Leo, vuelven a demostrar el acierto y sabidur¨ªa con que est¨¢ dotado el cineasta para descubrir y sacar el m¨¢ximo provecho de sus hallazgos.Las peripecias de estos seres anodinos que bordean el rid¨ªculo, pero tambi¨¦n entra?ables, Reinette y Mirabelle, est¨¢ narrado con unos di¨¢logos precisos, convincente y naturalista interpretaci¨®n e ilustrada visualmente con un rigor austero, exultante dominio del encuadre, sigilosa utilizaci¨®n de la acci¨®n fuera de campo y dominio perfecto de los ejes de miradas. Elegante, estilizada y sensible, el filme insiste sobre las conocidas constantes del director, cuyo formalismo magistral le convierte en sorprendente arquitecto del espacio f¨ªlmico.