El cuerno-escoba

Los toros sal¨ªan romitos y si los hubieran dejado pasear apaciblemente por el redondel no habr¨ªa sucedido nada. Pero los toreros, que son unos ansiosos, los llamaban con sus capotes y ven¨ªa el desaguisado. Nada m¨¢s rozar capote, los cuernines se convert¨ªan en escobas. Otras veces, antes de rozar capote, los toros aporreaban el maderamen de la barrera y entonces los cuernines abr¨ªan en escob¨®n. Entonces, por entre astillas y suciedades varias les corr¨ªa flujo sanguinolento.Cuando esos cuernos-escoba vayan a an¨¢lisis en la Escuela Nacional de Sanidad -si es que van; a la autoridad corresponde decidir su env¨ªo-, los mirar¨¢n con lupa, los someter¨¢n a reactivos qu¨ªmicos, los dar¨¢n una olida para confirmar que apestan a chamusquina y si el dictamen es que est¨¢n afeitados, protestar¨¢ el ganadero, indignad¨ªsimo, exigir¨¢ examen histol¨®gico, descalificar¨¢ a los facultativos. Ocurre siempre.

Del examen histol¨®gico, la olida, los reactivos, la lupa, sin embargo, ya hab¨ªa hecho sintesis el p¨²blico en el tendido, con s¨®lo mirar y ver. Gritaba, se?alando con el dedo: "?Ha habido barberooo!". El p¨²blico tiene su propio laboratorio, que es el sentido com¨²n. Si un toro sale romo, puede ser mal cong¨¦nito o adquirido en el campo; si se escobilla en la plaza, puede ser accidente. Pero si los seis salen romos y se escobillan nada m¨¢s rozar percal o maderamen, es que los dieron fiesta; es que desalmado barbero tronz¨® el asta, le dio lima para disimular y dej¨® al pobre toro con dos mu?ones doloridos donde hab¨ªa lucido los m¨¢s preciosos atribulos de su casta.

Frente a esos pobres toros y esos mu?ones doloridos se pusieron a hacer majezas tres figuras de la torer¨ªa contempor¨¢nea. Vaya majezas, vaya figuras y vaya torer¨ªa contempor¨¢nea. Tampoco se cree que esas majezas eran consecuencia de la interpretaci¨®n del toreo puro, ya que la ocasi¨®n se presentaba propicia. Por lo contrario, eran la exaltaci¨®n clamorosa del toreo impuro.All¨ª estaba Espartaco, con el mejor toro cuerno-escoba, ideal en su beyant¨ªa, tore¨¢ndolo al rev¨¦s. ?Se dice adelantar la pierna "de salida" cuando el toro entra en jurisdicci¨®n. -cargar la suerte- para cambiarle el viaje y lo dem¨¢s? Pues se hace lo contrario, as¨ª hac¨ªa Espartaco, la pierna de salida atr¨¢s, lejana, cuanto le daba de s¨ª; y estirar el brazo para poner la muleta en la otra punta y que vaya all¨¢ el toro, y si se escuerna, que se escuerne; y someter el cuerpo serrano a contorsiones inveros¨ªmiles, pues la pierna por la parte de Getafe, el brazo por la de Buitrago, el tronco en la M-30, fuerzan posturas complicad¨ªsimas. Con menos se han herniado muchos.

En otro toro no tan pastue?o se puso Espartaco, venga probar derechazos y naturales que no sal¨ªan. Joselito se contagi¨® en el sexto y pendulando la muleta junto a los cuernos -escoba, se le iban las horas. Ortega Cano, con peor ganado, estu vo m¨¢s t¨¦cnico, m¨¢s verdadero, m¨¢s la pata l`ante, intentando fijar las inciertas embestidas.

Toreo del bueno s¨®lo lo hizo Joselito al bajar las manos -y cargar la suerte- en las ver¨®nicas con que recibi¨® al tercero y luego en unos redondos bien ligados. Pero ese toro -un sardo, no todo, ya que por detr¨¢s pintaba salinero, mientras por delante,, capirote careto-, sobre cuernoescoba, ten¨ªa pecho-sable, tipomona, cara-titi, pata-chula, y darle unas ver¨®nicas manos-bajas no era como para quitarle el sitio a Cascorro.