Moscoso cree "muy importantes" las cartas de tres "gal" a favor de Amedo, pese a las dudas legales sobre ellas
El fiscal general del Estado, Javier Moscoso, considera "muy importantes" las cartas que tres gal encarcelados en Lisboa han enviado al Ministerio de Justicia, encaminado a rectificar sus declaraciones anteriores. Estos escritos, que exculpan al subcomisario Jos¨¦ Amedo, han sido remitidos incumpliendo los tr¨¢mites necesarios, seg¨²n han se?alado el director general de Prisiones de Portugal y fuentes jur¨ªdicas de Espa?a. Tales arrepentimientos se suman a otros testimonios similares registrados estos d¨ªas, y que se producen precisamente cuando la Audiencia est¨¢ a punto de decidir sobre el procesamiento de Amedo.
Los gal Rogelio Femando Carvalho, Antonio Jorge Ferreira y Mario Correira da Cunha, presos en Lisboa, se?alaban en sus cartas —remitidas al Ministerio de Justicia, al subcomisario Amedo y al diario Abc, que las public¨® el mi¨¦rcoles— que hab¨ªan recibido promesas de otro implicado seg¨²n las cuales recibir¨ªan la libertad provisional y apoyo a cambio de acusar al polic¨ªa espa?ol como organizador del grupo terrorista. Los remitentes aseguraban que las cartas fueron escritas y rubricadas en presencia del director de la c¨¢rcel, cuya supuesta firma figuraba en el texto acompa?ada de un sello.
El fiscal general del Estado, Javier Moscoso, se?al¨® ayer en las Cortes —adonde acudi¨® para entregar la memoria de 1987 al presidente del Congreso— que estas cartas son "muy importantes", "porque se trata de un sumario que est¨¢ planteado fundamentalmente sobre la prueba testifical", informa Europa Press.
Sin embargo, el director de Instituciones Penitenciarias de Portugal, Fernando Duarte, ha se?alado a la corresponsal de EL PA?S en Lisboa, Nicole Guardiola, que el director de la prisi¨®n, Manuel Prazeres Pa¨ªs, se encontraba de vacaciones en el momento en que fueron firmadas, los d¨ªas 9 y 10 de septiembre. (Efectivamente, su nombre no se corresponde con la firma que certifica los escritos.) "Las cartas fueron certificadas por un mero funcionario de la c¨¢rcel de Lisboa", asegura Femando Duarte, "y por tanto no tienen ning¨²n valor jur¨ªdico".
"Voluntad de involucrar"
El alto funcionario portugu¨¦s subray¨® tambi¨¦n que los tres reclusos tuvieron una excelente oportunidad de rectificar sus declaraciones anteriores cuando fueron interrogados el pasado mes de junio por el magistrado espa?ol encargado de instruir el caso Amedo, Baltasar Garz¨®n. Pero aun admitiendo que su arrepentimiento haya sido posterior, el tr¨¢mite adecuado no era el que se utiliz¨® —a?ade el director general—, y los abogados portugueses de los presos ciertamente no lo ignoraban: todo oficio o carta dirigida por un recluso portugu¨¦s a la justicia de un pa¨ªs extranjero debe ser enviada por el director del establecimiento penitenciario a la direcci¨®n general, que se en carga de hacerla llegar al Ministerio de Justicia. Posteriormente ha de ser remitida al Ministerio de Exteriores, y de ah¨ª, mediante la v¨ªa diplom¨¢tica, hacia las autoridades del pa¨ªs interesado.
Fernando Duarte cree que el funcionario que se prest¨® al reconocimiento lo hizo "de buena fe" y con la ¨²nica intenci¨®n de "prestar un servici¨®", pero admite que el gesto "no es habitual" y que hubo por parte de quien plane¨® el escrito "voluntad deliberada de involucrar, o de aparentar que estaba involucrada", a la Administraci¨®n penitenciaria portuguesa, para dar m¨¢s peso al testimonio de los miembros de la "trama portuguesa de los GAL".
Por su parte, el director de la penitenciar¨ªa de Lisboa, Manuel Prazeres Pa¨ªs, quien, si fuese cierta la versi¨®n de los remitentes, ser¨ªa el que autoriz¨® y rubric¨® la carta, y que se encontraba de vacaciones en el momento de los hechos, admite que puede haber algo m¨¢s que una simple negligencia o ingenuidad en el gesto de uno de sus subordinados. Los hechos, explic¨®, eran lo suficientemente excepcionales como para haber sido registrados, aun que de forma rutinaria.
El director de los servicios penitenciarios orden¨® de inmediato una investigaci¨®n interna acerca del funcionario comprometido. Las investigaciones deber¨ªan permitir averiguar si hubo soborno o algo m¨¢s.
Sospechosa coincidencia
Por otro lado, medios jur¨ªdicos espa?oles dudan de la verosimilitud y la virtualidad jur¨ªdica de las cartas remitidas por los tres reclusos. Estos medios han resaltado como sospechosa la coincidencia del env¨ªo de las cartas justo cuando la Audiencia Nacional tiene que decidir sobre el procesamiento de Amedo y su compa?ero Michel Dom¨ªnguez, informa Jos¨¦ Yoldi.
Las mismas fuentes han precisado que las tres cartas no pueden invalidar los testimonios que los mismos presos realizaron legalmente ante la juez portuguesa. Correira y Carvalho identificaron entonces sin lugar a dudas a Amedo y Dom¨ªnguez como las personas que ellos conoc¨ªan como Ricardo y Eduardo y que fueron quienes les ordenaron atentar contra tres bares en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Ferreira ya declar¨® que no pod¨ªa reconocer a ninguno de los polic¨ªas en las numerosas fotograf¨ªas mostradas.
El reconocimiento de las fotograf¨ªas correspondientes a Amedo y Dom¨ªnguez por parte de Correira y Carvalho fue instant¨¢neo, y las citadas fuentes han precisado que las supuestas presiones recibidas no pudieron existir: no se les mostraron ¨²nicamente las fotos de los dos polic¨ªas, sino las de muchos otros, y dif¨ªcilmente pudieron ser presionados para que identificaran los retratos 13 y 20, que correspond¨ªan a Amedo y Dom¨ªnguez.
Los medios jur¨ªdicos mencionados han destacado que los tres mercenarios se encontraban en prisiones separadas cuando realizaron la identificaci¨®n de Amedo y Dom¨ªnguez, mientras que ahora, al enviar las cartas, dos con fecha del 9 de septiembre y otra del 10, permanecen todos juntos en la c¨¢rcel de Lisboa a la espera de juicio por los atentados contra los bares Batzoki y Consolation de Bayona (Francia).
Adem¨¢s, las citadas fuentes han puesto de manifiesto la contradicci¨®n existente en la carta de Carvalho: ¨¦ste afirma que le insinuaron conseguir la libertad provisional si declaraba contra Amedo; pero en aquellas fechas este mercenario ya estaba condenado por asociaci¨®n de malhechores y cumpliendo condena, por lo que era imposible obtener su libertad provisional.
Por otra parte, las cartas no destruyen la prueba documental consistente en las facturas de los hoteles donde los polic¨ªas y mercenarios se alojaron, ni sobre la reuni¨®n que celebraron en un hotel de Lisboa. El juez Baltasar Garz¨®n, instructor del sumario, no ha querido hacer comentarios sobre las cartas.
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